Un centenar de militares rusos llegan en dos aviones a Venezuela

Desde la cúpula revolucionaria se considera imprescindible el apoyo de Putin para mantenerse en el poder al precio que sea.

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Como tantas otras veces en Venezuela, la escena asemejaba una película: un centenar de militares rusos descendiendo ayer sábado de una aeronave militar de su país en la zona presidencial del aeropuerto caraqueño de Maiquetía. Al frente, el mayor general Vasily Tonkoshkurov, jefe del Estado Mayor de Vladimir Putin, quien de esta forma regresa a Venezuela tres meses después de su última visita.

Las imágenes fueron grabadas por personas que se encontraban en el aeropuerto y enviadas a un periodista venezolano que vive en Colombia, encargado de dar la noticia, incluso de ampliarla: pocos minutos después aterrizó otro avión carguero con 35 toneladas de pertrechos para los militares. El Gobierno no hizo pública la llegada, pese a la presencia en el aeropuerto de la vicealmirante Mata Quejada y del general de brigada Edgar Colina.

Para darle más misterio al desembarco terrestre de las tropas rusas, los expertos venezolanos (que los hay) en trazar los itinerarios de la pocas naves que llegan al país descubrieron cuál fue la hoja de ruta de los rusos: Moscú, Siria, Dakar y Maiquetía.

La agencia rusa Sputnik añadió, sin embargo, que nada hay de misterioso en el aterrizaje de los militares, que habrían llegado para «hacer intercambio de consultas«. «Rusia tiene varios contratos que ya están en proceso de cumplimiento, contratos de carácter técnico militar, y hacen varios vuelo y traen varias cosas», informó la Embajada de Rusia a la agencia.

La nueva «visita» rusa a Venezuela sucede más de tres meses después de que dos bombarderos nucleares TU160 y dos aviones aterrizaran el mismo aeropuerto para unas supuestas maniobras militares conjuntas. Una «demostración de fuerza» en busca de la paz, aseguró entonces el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, que acompañó a Tonkoshkurov en la visita a la base aérea Teniente Luis del Valle García, en Anzoátegui. El país, acostumbrado a la hipérbole informativa pero aturdido por la capacidad nuclear de esas aeronaves, se vio sumido en una especie de primer capítulo contemporáneo de la Crisis de los Misiles de Cuba,aumentado con varias páginas más cuando unos y otrosadvirtieron sobre la apetencia rusa de instalar una base en la isla de la Orchila.

En aquel momento, las relaciones con EEUU y Colombia se tensionaron aún más, pero hoy la situación es muy distinta: el desafío del Parlamento democrático y de su presidente, Juan Guardó, contra la revolución ha provocado la ruptura de relaciones diplomáticas y la partida de los diplomáticos estadounidenses de Caracas. Por el contrario, Putin se mantiene como el gran aliado fiel a Nicolás Maduro.

Desde la cúpula revolucionaria se considera imprescindible el apoyo de Putin para mantenerse en el poder al precio que sea. Sólo en marzo tanto la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, como el vicepresidente económico, Tareck El Aissami, han visitado Moscú en medio de la tormenta política de su país, acompañados ademas por el ministro de Economía y por el director del Banco Central de Venezuela (BCV).

«¡Atentos! Ante la llegada de militares rusos a nuestro país… ¡Después no protesten si vienen misiones de otros países porque esta misión rusa que está llegando viola la Constitución!», protestó el diputado Williams Dávila a través de sus redes sociales.

El Mundo