La segunda ola de calor del verano en Europa no da tregua y ha batido récords históricos de temperaturas en el centro de Europa este jueves 25 de julio. Los países afectados esperan que el mercurio vuelva a bajar hasta diez grados en los próximos días con la llegada de varios frentes lluviosos.
Aunque esta ola coincide con la “canícula veraniega” -que transcurre entre el 15 de julio y el 15 de agosto, el período más caluroso del año- la web meteorológica europea da alerta roja por peligro extremo en Bélgica, Francia, Croacia y Luxemburgo, y naranja en Alemania, Austria, Suiza, República Checa, Dinamarca, España, Italia y Holanda.
Expertos en el cambio climático de universidades como la de Oxford advierten que estas temperaturas son acordes con las expectativas del calentamiento global. También advierten que las olas de calor serán cada vez más frecuentes debido a las emisiones de gases de efecto invernadero. Las autoridades piden extremar las precauciones en lugares como hospitales, guarderías y otros puntos vulnerables, así como prestar especial atención a personas de edad avanzada y niños.
Los récords más altos
Francia es quien ha encabezado este jueves el ranking de temperaturas tras vivir la noche más calurosa de su historia con una media de 21,4 grados, según la web Météo France. El país vecino, que no soportaba temperaturas tan elevadas desde julio de 1947, anotó los registros más altos en localidades del norte, donde se llegaron a alcanzar los 42 grados. Además, el calor ha agravado la contaminación por ozono y ha obligado a prohibir la circulación de los vehículos que generen más emisiones en las áreas metropolitanas de París, Lyon, Lille y Estrasburgo.
Alemania también ha alcanzado un nuevo récord histórico en la ciudad de Lingen con 41,5 grados, aunque la región más afectada ha sido la de los estados federados de Sarre, Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado. A pesar de esto, el servicio meteorológico alemán asegura que los efectos medioambientales de esta ola de calor se verán minimizados gracias a la ausencia de sequía este año.
Bélgica tampoco se ha quedado atrás y ha registrado temperaturas de 40,6 grados en Kleine Brogel, cerca de la frontera con Holanda, quien también ha superado los récords de años anteriores. Reino Unido, por otro lado, ha rondado los 36,9 grados, superando las cifras de este mes de julio.
Consecuencias por las altas temperaturas
Este episodio de calor ha provocado consecuencias en estos países europeos en sus infraestructuras. Países como Reino Unido y Austria han tenido que tomar medidas en sus líneas ferroviarias para evitar que las vías queden afectadas. Los británicos han optado por reducir las velocidades y recomendar a los usuarios prescindir del tren o viajar temprano. En Austria, por otro lado, han decidido pintar de blanco los rieles de las vías.
El sector de la energía nuclear también ha tenido que enfrentarse a problemas por las altas temperaturas. La producción de electricidad se ha visto reducida en hasta seis reactores y pausada en otros dos en Francia, mientras que, en Alemania, la empresa de servicios públicos PreussenElektra ha adelantado que desconectaría su reactor el viernes.
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