La Asamblea y sus alrededores volvieron a ser este viernes escenario de intensos disturbios entre las fuerzas de seguridad y manifestantes indígenas, que trataron nuevamente de hacerse con su control, en el marco de las protestas sociales contra las medidas económicas del Gobierno.
Los choques estallaron antes del mediodía cuando una marea humana de manifestantes, encabezados por una primera línea de mujeres, se aproximaron a la fachada de la Asamblea Nacional y comenzaron a corear consignas en quichua y a pedir que les dejaran pasar.
“Como mujeres no tenemos ningún arma, nuestra única ideología es tomarnos la Asamblea porque los gobernantes no pueden gobernar”, explicó a Efe Yusta Malisa, una joven en la veintena llegada de la provincia andina de Tungurahua.
Los dirigentes indígenas insistían a los concentrados en que evitaran el uso de la fuerza y elevaran sus manos en señal de paz.
“Venimos a protestar pacíficamente aquí, que no haya violencia y de nuestra parte tampoco la habrá”, señaló a Efe José Faringo, dirigente de la provincia de Pichincha.
A pocos metros, un cordón policial blindaba el Legislativo y los oficiales advertían a los movilizados que no recurrieran a la fuerza.
Pero desde un flanco llegó un grupo de individuos aparentemente cargados con piedras y las fuerzas de seguridad iniciaron una intensa carga con gas lacrimógeno que dispersó en pocos minutos a los arremolinados.
La agencia Efe constató frente a la Asamblea el traslado de tres agentes de la Policía heridos hacia el interior de la sede parlamentaria, así como a dos detenidos en los disturbios.
Durante el lapso de más de una hora eran intensos los disparos de gas lacrimógeno por los agentes policiales y el lanzamiento de juegos pirotécnicos, palos y piedras procedentes de un flanco de protestantes que trataba de romper el cerco policial.
Las intensas detonaciones se registraban a menos de cien metros del hospital Eugenio Espejo, aledaño al Parlamento.
En un momento de la batalla campal, un grupo integrado por personal sanitario, ataviado con batas blancas, ingresó en la Asamblea para atender a los heridos, cuyo número exacto se desconoce.
En las calles que conducen al recinto desde el parque de El Arbolito, donde se concentran desde el lunes miles de indígenas en esta movilización abierta, según sus líderes, los manifestantes trataban de acceder como fuera al Parlamento.
En un juego del gato y el ratón, estos arrojaban piedras a los agentes del orden, mientras otros les devolvían las granadas de gas disparadas previamente.
Vehículos blindados, policía montada y un helicóptero desde el aire apoyaban la acción policial, que asemejaba a un campo de batalla.
Agentes policiales y del Ejército mantienen la seguridad reforzada en torno al Legislativo después de que fuera tomado el martes por una hora por miles de indígenas que llegaron hasta el pleno, en el marco de las protestas contra la retirada de subsidios a las gasolinas, decisión que el Ejecutivo adoptó en línea con un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Este paquetazo que se vaya abajo, porque ese pueblo está indignado”, indicaba el líder de Pichincha poco antes de que se desencadenaran los choques.
“Indígenas, aquí estamos”, “fuera Moreno, fuera” y “no más muertes”, eran las principales consignas que entonaron el grupo de manifestantes encabezados por las mujeres que portaban ramos de plantas.
De acuerdo con diferentes fuentes institucionales, entre cuatro y cinco personas han perdido la vida en sucesos relacionados con las movilizaciones que se iniciaron hace nueve días.
Cientos de “guerreros de la Amazonía” ecuatoriana se unieron hoy a las protestas indígenas en Quito, mientras en la provincia de Cotopaxi, en el centro andino del país se ha producido una nueva retención de policías, según confirmaron las autoridades.
El jueves una decena de agentes del orden permanecieran durante horas en contra de su voluntad en el Ágora de la Casa de la Cultura de Quito, retenidos por miles de indígenas.
El Gobierno ecuatoriano informó que “grupos de manifestantes atacaron de forma violenta a la fuerza pública en la zona de la maternidad Isidro Ayora y el hospital Eugenio Espejo”, y condenó el que se pusiera “en riesgo a los pacientes de estos centros de salud”.
Ecuador se encuentra bajo estado de excepción desde el 3 de octubre, decretado por el presidente Moreno, que ha trasladado el Gobierno a Guayaquil, y que afronta la peor crisis social y económica desde que asumió el cargo en mayo de 2017.
Fuente: Diario El Mercurio