Comunidad científica refuta el uso del Dióxido de Cloro y advierte de efectos nocivos

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La Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional debatió nuevamente el uso del dióxido de cloro para combatir a la COVID-19, en esta ocasión recibió a monseñor Bertram Wickdefensor del tratamiento, y miembros de la comunidad científica, que refutaron la utilización de este producto y advirtieron los daños que podría causar en humanos.

Como ya lo manifestó en una carta dirigida al presidente Lenín Moreno, en la cual incluso solicitó la salida de Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud, por negarse a experimentar con el dióxido de cloro en los pacientesBertram insistió en la eficiencia que él ha detectado en el producto; y que ha distribuido en donde cumple su misión pastoral, Santo Domingo de los Tsáchilas, así como en poblaciones de la Amazonía.

“Comencé a repartir dióxido de cloro y ácido hipocloroso, que es un subproducto del dióxido que se da durante el proceso. He experimentado que mucha gente ha venido a dar gracias, que la familia está bien, que nadie ha tenido que hospitalizarse”, dijo el monseñor.

Estas declaraciones fueron refutadas por Enrique Teránmédico, PhD en Farmacología y docente de la Universidad San Francisco de Quito, quien intervino a nombre de la comunidad científica ecuatoriana y puntualizó que la evidencia práctica del uso de un producto no lo convierte en ciencia, además advirtió que “la ignorancia le ha pasado factura a la humanidad desde tiempos inmemorables”, por lo que llamó a las personas a tener precaución.

“Si se tratara de usar el producto a expensas de que nos haga bien, las universidades no tendríamos fundamento para existir, simplemente usaríamos un púlpito para promover un producto y repartirlo a las personas, ya no sería necesario estudiar para hacer ciencia”, puntualizó el experto.

Por su parte la doctora Ana María Gómez, PHD en Ciencias de la Salud y docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, advirtió sobre los efectos del uso del dióxido de cloro que según la FDA (Administración de Alimentos y Drogas) de Estados Unidos pueden causar efectos nocivos.

En la lista de efectos nocivos se describen:

–        Insuficiencia respiratoria

–        Cambios importantes en la actividad eléctrica del corazón

–        Baja presión arterial

–        Fallo hepático agudo que puede ser irreversible

–        Destrucción directa de células (puede bajar defensas y dañar glóbulos rojos)

–        Efectos gastrointestinales directos (vómitos y diarrea severa)

Según la doctora Gómez, esto se suma a que, de acuerdo con un estudio en primates de 1982, se pudo comprobar que una vez ingresado al cuerpo humano, solo se recuperó el 8 % del producto y no sobrepasó de la barrera intestinal, es decir que no llegó a la sangre, donde supuestamente provocaría mayor oxigenación, según quienes difunden su uso.

Fuente: El Mercurio