Ecuador vigila pico de contagios sin medidas drásticas

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En medio de un nuevo pico de la pandemia por las fiestas de diciembre, Ecuador mantiene una férrea vigilancia de los contagios por covid-19, con nuevas medidas de distanciamiento que estarán vigentes, en principio, hasta el 23 de enero del 2022, cuando se realizará una nueva revisión de la situación.

La más importante de ellas ha sido la decisión de mandar a teletrabajo a un 50% de los funcionarios públicos, unas 250 000 personas, y pedir una medida similar al sector privado.

Fuentes consultadas por Efe en el Ministerio de Trabajo no han sabido decir cuál es el grado de cumplimiento del nuevo aforo laboral, del que han sido eximidos servicios básicos como los hospitalarios y educativos, pero en muchas oficinas es visible la menor afluencia de funcionarios.

Usuarios de redes sociales destacan asimismo desde el martes 4 de enero del 2021 que el tráfico por las calles fluía con mayor rapidez, así como una menor afluencia de pasajeros en algunas líneas de autobuses.

Digitalización incompleta

Maritza López, empleada municipal en Quito, confirmó a Efe que la medida ha sido aplicada en varias áreas de su trabajo, e instó a las autoridades a mantener la medida pues “muchas labores se pueden hacer desde casa sin problema” y, además, se ahorra “al menos dos horas de tráfico”.

Por su parte, Antonio Sánchez, que trabaja en atención al público en la agencia tributaria SRI y en su caso “no puede atender al público desde casa”, constató que la gente “se sigue aglomerando en ciertos trayectos” de autobuses.

Ecuador dio un salto tecnológico importante en los últimos cuatro años con la digitalización de muchos procedimientos, un avance que se vio impulsado por la pandemia pero que aún no está completado. “No estamos (como país) preparados” para trasladar ciertos trámites a escenarios virtuales, explicó el funcionario.

El esperado pico de diciembre

El pico de diciembre, con casi tres veces más contagios que el promedio de los dos meses anteriores, no ha sido ninguna sorpresa para las autoridades, que desde principios de mes alertaban contra las aglomeraciones de las fiestas fundacionales de Quito y las navideñas.

Con más de 21 700 casos ese mes, frente a algo más de 9 100 en noviembre y 6 600 en octubre, la tendencia de enero parece continuar al alza (1 255 casos de promedio diario hasta ahora) y la ministra de Salud, Ximena Garzón, adelantó que el ciclo viral continuará hasta, al menos, el 15 de enero.

También influyó en la alerta de las autoridades la llegada a mediados de diciembre de la variante Ómicron, de la que ya hay confirmados 68 casos.

El incremento de los contagios se ha registrado sobre todo en las dos ciudades más pobladas, Quito y Guayaquil, en esta última con un salto cuantitativo en la transmisión de 0,2 a 5,7 casos por cada 10 000 habitantes en apenas nueve semanas, según datos de esa Alcaldía.

Mucho menos incidencia ha tenido el virus en los casos de fallecimiento y la ocupación hospitalaria, según las autoridades sanitarias por la amplia vacunación en el país andino, que alcanza con pauta completa al 79% de la población vacunable (16,1 millones mayores de 5 años), y con una sola dosis al 85%.

También ha acelerado el país andino la vacunación de refuerzo para mayores de 50 años, y son casi 1,2 millones los que han recibido esta dosis.

Sin confinamientos

Con ese trasfondo, el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, descartó el martes la posibilidad de un nuevo confinamiento.

“Todas las medidas que había que tomar ya se han tomado”, dijo el Primer Mandatario al considerar que el confinamiento “afectaría a la economía y a la vida normal de los ciudadanos”, y Ecuador está en posición de “darse el lujo” de no adoptarla porque “es uno de los 10 países del mundo con más alto nivel de vacunación”.

Las medidas de limitación de aforos en espacios públicos y el requisito de carné de vacunación para acceder a ellos, so pena de sanciones a los establecimientos, impuso por derivación la obligatoriedad de la vacunación a escala nacional.

El Gobierno ecuatoriano espera alcanzar en febrero la inmunidad colectiva -85% de la población mayor de cinco años con pauta completa, según Lasso- y avanzar rápidamente con la tercera dosis para evitar un desastre sanitario, social y económico como el de 2020, cuando el país casi colapsó por la pandemia.

Fuente: El Comercio