Estarían dispuestos a quedarse en casa si tuvieran las garantías de alimentación y la condonación de deudas que adquirieron antes de la pandemia. Los comerciantes informales consideran la reapertura del mercado El Arenal una oportunidad para vender sus productos.
La desesperación por conseguir algo de dinero para sobrevivir a la crisis económica con la que ha golpeado la pandemia, hace que el sector informal busque formas de obtener recursos. para sobrevivir.
Ayer, el mercado más grande de la ciudad fue reaperturado, con un plan piloto de reorganización y las disposiciones de bioseguridad, además de la señalética en los pasillos internos del centro de abastos y un reducido número de comerciantes en atención que laborarán a través de cronogramas.
Personal de seguridad, como Guardia Ciudadana, Policía Nacional, Agentes de Tránsito, Fuerzas Armadas se ubicaron en sitios estratégicos en las cinco puertas habilitadas para el ingreso y salida, se incluyó también el ingreso de camiones que llegaron a dejar los productos.
Aunque la dinámica es nueva, para los comerciantes mayoristas hubo falta de socialización, pues desconocían cuál sería la forma en la que podrían ingresar al mercado, así que la madrugada de ayer volvieron a ubicarse en la plataforma itinerante de Narancay.
Intervención
La Intendencia de Policía del Azuay tuvo que intervenir para el retiro de las ventas que se tomó un tramo de la Autopista Cuenca-Azogues.
A decir del Intendente Jorge Cabrera, para que el plan operativo funcione, se requiere la colaboración de todos los actores, comerciantes mayoristas, minoristas y de la ciudadanía.
“En esta cadena de comercialización hay varios actores que no han acatado las disposiciones, sobre todo los comerciantes mayoristas, la venta informal y estibadores”, indicó.
Recordó que los comerciantes mayoristas pueden ingresar al mercado El Arenal a partir de las 16:00 hasta las 23:00 para realizar la descarga de productos; luego hay un proceso de desinfección.
A partir de las 03:00 ingresan los minoristas para abastecerse y llevar los productos a cada uno de los mercados de la ciudad. A las 08:00 se abren las puertas del mercado.
Sonia Angamarca, presidenta de la Asociación Hermano Miguel de El Arenal, sostuvo que el método de trabajo es un giro de ochenta grados, pues ahora hay más organización y más seguridad en temas de saneamiento: “Todos debemos tomar conciencia, debemos trabajar en equipo para salir de esta situación”.
El Intendente explicó que las ventas informales podrían ser los factores que dificultan la adhesión a las medidas de distanciamiento social para frenar el contagio del virus.
“Pero trabajar en casa es un lujo que muchos pobres no se pueden permitir”, así lo estima Mariana Célleri, una vendedora que productos de primera necesidad que se encuentra en la parte externa del mercado. “Nosotros debemos salir a trabajar, no contamos con todos los beneficios, además tenemos deudas que pagar y el hambre de la familia no espera”, añadió.
Marcelo Álvarez, director municipal de Mercados insistió en que el apoyo de los entes de seguridad permitirán que la situación de informalidad se vaya regulando. poco a poco.
Fuente: El Tiempo
