Asesinan a joven en el barrio Las Orquídeas, en Cuenca; moradores intentaron linchar a los supuestos responsables

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Un joven fue asesinado cerca de la medianoche del jueves último en el barrio Las Orquídeas, en el norte de la ciudad de Cuenca.

Los supuestos presuntos responsables se escondieron dentro de una casa cercana y los moradores intentaron sacarlos para lincharlos, pero la intervención de la Policía para llevarse a los antisociales generó problemas con los indignados habitantes que fueron dispersados con gases lacrimógenos y balas de goma, según versiones de los propios moradores.

El hecho ocurrió frente a la iglesia del sector cuando el menor de edad fue aparentemente interceptado por tres ciudadanos con el objetivo de robarle sus pertenencias, pero la situación terminó en la muerte del joven por tres heridas de arma blanca y la fuga de los atacantes hacia un domicilio cercano para resguardarse.

María, una moradora del sector, contó que ella vive a media cuadra y que todo ocurrió cuando el menor de edad salió para ayudar a su hermano mayor que inicialmente estaba siendo asaltado y en ese momento lo hirieron. “Le apuñalan en la cabeza, en la espaldita y en el corazón, era tranquilo”, afirmó.

En inicio los irritados moradores los siguieron y notaron que se ocultaron en el interior de una casa ubicada a pocas cuadras del lugar del crimen. Empezaron a lanzar piedras para que salgan, no obstante a los pocos minutos llegó un gran piquete policial con unidades especializadas que armaron un cordón alrededor del sitio para evitar que se dé un linchamiento.

Carlos, otro vecino, comentó que la gente de este barrio ya está cansada de que vengan sujetos de otros lugares para amedrentar a niños y adultos. Molesto comentó que “el pueblo se une para sacar este tipo de gente y la Policía con abuso de autoridad disparan al cuerpo, no fue al aire, a mí me impactaron en el pie, a otro amigo en el muslo y el glúteo, eso no es justo. Como la ley no hace nada nosotros tenemos que pararnos y hacer las cosas”, refirió.

Las heridas que menciona Carlos son las de unas provocadas, a primera vista, por balas de goma, que la Policía disparó para dispersar a la muchedumbre y rescatar a los tres presuntos responsables en un patrullero y en una camioneta de color rojo.

Tras el suceso los moradores empezaron a mostrar heridas en diferentes partes del cuerpo con perdigones. A uno de ellos el perdigón aún permanecía clavado en el pie como evidencia del aparente abuso de autoridad.

Hasta ahora no ha habido un pronunciamiento oficial desde la Gobernación del Azuay, Ministerio del Interior o la Policía Nacional.

Fuente: El Universo