Cuenca no registra lluvias de importancia desde hace 43 días. Con este período de sequía ya se contabilizan tres en los últimos 12 meses.
A finales del 2023 fueron 118 días sin lluvias, luego hubo el estiaje de marzo y abril de 2024. La afectación del actual es más evidente por las secuelas que dejaron los anteriores.
En junio, julio y agosto se registran menos lluvias que en el resto del año en el Austro. Las lluvias acumuladas en cada uno de estos meses bordean los 50 milímetros, pero en esta ocasión la situación fue peor.
En cada uno de estos meses, la lluvia acumulada osciló entre cinco y ocho milímetros por cada mes. Eso representa solo la décima parte, dice el técnico de la Red Hidrometereológica de Cuenca, Rigoberto Guerrero.
“Esto ha causado que los caudales de los ríos bajen de manera importante”, dijo Guerrero.
El río Tomebamba es el más afectado
La cuenca del río Tomebamba es la más afectada por la sequía hidrológica. El caudal promedio del 2024 es de tres metros cúbicos y ahora está por debajo del 1,2 metros cúbicos.
Guerrero no descarta que lo mismo ocurre en las cuencas de los río Yanuncay y Tarqui,que también atraviesan la capital azuaya.
El Manchángara está cerca del promedio. Tiene ese comportamiento porque aguas arriba están ubicadas las presas de Chanlud y Labrado, que regulan los caudales.
Los pronósticos de la Red Hidrometereológica de Cuenca es que la ausencia de lluvias persista hasta septiembre, dice Guerrero. Se prevé que la situación cambie en el último trimestre del 2024.
El suministro de agua potable en Cuenca
La gerente de la Empresa Muncipal Etapa de Cuenca, Verónica Polo, dijo que, en el caso de que la sequía se agudice, el caudal del río Tomebamba será usado exclusivamente para la potabilización y el suministro de agua para los cuencanos.
Guerrero explica que, en la actualidad, el caudal del Tomebamba bordea los 900 litros por segundos y la planta de potabilización de El Cebollar capta entre 600 y 700 litros. Es decir, si las condiciones empeoran, todo ese caudal irá para cubrir la demanda de agua potable.
Guerrero señala que el Ministerio del Ambiente establece un orden de prelación. Primero está el consumo humano, luego para soberanía alimentaria, caudales ecológicos y, finalmente, generación hidroeléctrica y actividades industriales.
En las zonas periféricas de Cuenca como Santa Ana, Quingueo, Baños, entre otras, ya se registran racionamientos nocturnos. Esos lugares son abastecidos por plantas pequeñas de potabilización que tienen problemas en la captación.
Fuente: El Comercio