Un derrumbe de gran magnitud cayó desde la montaña Tintanil y cubrió 800 metros de la vía que conecta las provincias de Loja y El Oro.
Las piedras y el lodo también destruyeron ocho hectáreas de maíz que estaba casi listo para ser cosechado. Los habitantes de las parroquias Santa Rufina, Buenavista y Amarillos deben cruzar en medio del derrumbe para transportar lo que necesiten.
El deslave también ocasionó que el agua se represe en las quebradas Guaduas y Buenavista, causando graves daños a 24 familias que están incomunicadas.
“No hay vías, no hay por dónde trasladarse, la gente le toca caminar le toca andar dos tres horas para pasar el río«, dijo el agricultor Byron Ramón.
José Largo y su padre tuvieron apenas minutos para escapar cuando el nivel del agua empezó a subir. «El agua tapó la casa, subió dos metros y medio. Se murieron animales, gallinas y estamos ahorita de cero”, lamentó.
Como ellos, 30 familias están afectadas, con daños estructurales de sus viviendas y pérdidas de sus sembríos, y otras 23 damnificadas, cuyas casas se destruyeron completamente.
Según los datos de la Secretaría de Gestión de Riesgos, hay 60 viviendas afectadas o destruidas, unos 200 animales muertos, y los sistemas de agua, alcantarillado y transporte colapsaron.
El puente que unía la parroquia El Rosario con los sectores El Jardín, Cuatro Lomas y Cordilleras de Ramos desapareció. Para cruzar, los habitantes deben colgarse de una cuerda amarrada entre lodo y escombros. Solo así logran conseguir algo de comida.
El cantón Chaguarpamba, que es productor de maíz, café, frijol, maní y animales como gallinas y cerdos, quedó completamente aislado. Sus cinco parroquias están incomunicadas, los productores están paralizados y su economía golpeada. Las lluvias continúan y con ellas, existe el temor de nuevos deslaves.
Fuente: Ecuavisa
