Ecuador declara la alerta epidemiológica por fiebre amarilla y tos ferina

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Ecuador enciende las alarmas por un incremento de casos de tos ferina y fiebre amarilla. El Ministerio de Salud declaró la alerta epidemiológica por estas infecciones, a la que se suma una tercera por un brote de leptospirosis, que ha causado la muerte de ocho niños de la Amazonía. El ministro de esta cartera ha señalado que no se trata de una epidemia nacional, sino de brotes focalizados. Los esfuerzos por contener los casos se han concentrado en campañas masivas de vacunación y el uso de mascarilla.

Solo en lo que va de 2025, se han registrado 321 casos de tos ferina en Ecuador, un aumento del 127% en comparación con los 141 del año pasado, según datos oficiales. Las provincias más afectadas por esta infección respiratoria son Guayas (106), Manabí (52), Pichincha (45) y Santo Domingo (30). Los brotes han surgido de forma paralela a los de fiebre amarilla, enfermedad no registraba casos entre 2019 y 2023. En 2024 hubo solo uno, pero en 2025 ya van tres, todos en provincias fronterizas con Perú.

Para Daniel Simancas, médico epidemiólogo de la Universidad UTE, estos brotes ocurren porque “se perdió cobertura de vacunación” después de la pandemia. Todos los servicios de salud, según Simancas, estaban volcados en contener la emergencia y muchos padres no llevaron a sus hijos a vacunarse. “Eso provocó que sean más susceptible de presentar casos graves”, dice. Simancas explica que en el caso de la tos ferina —a pesar de contar con un esquema de vacunación infantil obligatorio— los casos más graves y las muertes están afectando a los menores de un año, la mayoría no inmunizados. Esto revela que muchos menores no están siendo vacunados. “Han fallado nuestros sistemas de vigilancia epidemiológica para la vacunación exitosa y detección de casos tempranos”, apunta.

El ministro de Salud, Edgar Lama, ha asegurado que el aumento de los contagios por tos ferina y fiebre amarilla responde a un problema regional, principalmente de los países vecinos de Colombia y Perú. De hecho, el Gobierno de Gustavo Petro ha declarado la emergencia nacional por brotes de fiebre amarilla y ha comenzado una campaña masiva de inmunizaciones.

Estas no han sido las únicas alertas sanitarias en Ecuador. La cartera de salud de este país de 17 millones de habitantes también ha encendido la alarmas por casos de leptospirosis—infección bacteriana provocada por la presencia de orina o heces de animales en alimentos o agua.— luego de que, desde diciembre de 2024 hasta la fecha, ocho niños fallecieran en la localidad amazónica de Taisha, Morona Santiago, una de las que registran los mayores índices de pobreza en Ecuador. Organizaciones sociales, como la Alianza por los Derechos Humanos en Ecuador, han presentado una denuncia pública por la falta atención y respuesta de estos casos que se han presentado desde el año pasado.

Simancas resalta que Ecuador está atravesando una sindemia, “una concentración de varias enfermedades” que, junto a factores como problemas en el acceso a servicios de salud, saneamiento y agua potable, se convierten en el “caldo de cultivo para infecciones intensas y un aumento de la mortalidad de enfermedades que son prevenibles con vacunas”.

Como parte de las medidas que ha tomado el Gobierno ecuatoriano está la obligatoriedad del certificado de vacunación contra la fiebre amarilla para viajeros que ingresen de Perú, Colombia, Bolivia y Brasil, desde este 12 de mayo. Además, es obligatorio el uso de mascarillas durante 60 días para todos los estudiantes de escuelas y colegios de las provincias de Manabí, Santo Domingo, Pichincha y Guayas, donde se concentran la mayor cantidad de casos de tos ferina. Los esfuerzos también se han volcado en una campaña de vacunación masiva a menores. Medidas que a corto plazo podrán funcionar, según Simancas, pero que deben ir acompañadas del rescate de las comunidades y zonas más recónditas del aislamiento y acceso a servicios de salud.

Fuente: El País

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