El director artístico del FIAVL 2019, Patricio Vallejo Aristizábal, ve en las nuevas tendencias de las artes escénicas la capacidad de enlazar diversos lenguajes encaminados a producir tramas con nuevos tejidos de significación. Apuntando hacia esta propuesta integral, ha marcado un línea de ruta con la que intenta desarrollar las artes escénicas.
P. ¿Qué siente que quedó pendiente de la primera y segunda edición que dirigió y qué puede hacer en Esta?
R. Más que pendiente, lo que yo creo es que había un movimiento permanente. Cuando planteé la programación de la primera edición, me planteé a mí mismo anclarlo en una tradición que nos correspondía como país y como continente. Yo pensé que los últimos 30 años habían sido marcados con la idea del grupo independiente, de la danza independiente. Ese era el punto de partida. La programación de la primera edición fue pensada con este enfoque. Nos dimos cuenta que no es la única fórmula con la que se hace las artes escénicas. Ahora hay fórmulas con directores que arman un elenco para un espectáculo y actores que convocan a los directores.
P. ¿Qué cambios ha sentido que ha podido verse las artes escénicas en el marco del festival, ya se entiende a dónde va el festival?
R. Yo creo que sí ha habido transformación. Creo que el público lojano se va convirtiendo de a poco en un público exigente y con visión más compleja. Hay que reconocer que apenas se ha dado unos pequeños pasos. Ahora el espectador no va solo al teatro porque le hace reír, ahora disfruta la experiencia estética y poética del escenario.
P. ¿Cómo determinar, en ese contexto, las obras coherentes para el festival?
R. Es complicado porque la diversidad es enorme, debemos pensar en espectadores, en la infraestructura de la ciudad. Tenemos que pensar en la diversidad de artes y disciplinas que acuden a las artes vivas. Entonces, hacer un tejido de toda esa complejidad, pero además de las culturas, porque nos interesa que haya un diálogo cultural también. Yo, en lo personal, creo que las artes escénicas tienen que promulgar lo humano, a levantar la bandera de la humanidad, que las culturas se abracen y que en la diferencia se produzcan encuentros, que podamos entender al otro. Es importante la proveniencia de las obras. Lamento que en ninguno de los tres festivales que he dirigido, haya contado con el tiempo y la tranquilidad de elaborar el festival en lo artístico.
Fuente: El Tiempo
