Por intuición se puede ganar un partido, también por efectividad. Y se puede obtener la victoria sin ser el que más veces llegue a la portería del rival, o el que más remates tenga. Una llega puede ser suficiente para determinar el curso de un encuentro, para obtener el triunfo así no se hayan hecho mejor las cosas. Este miércoles, en la vuelta de una de las semifinales de la Copa del Rey, Barcelona necesitó aplicó al orden para quedarse con la victoria y las tres veces que generó peligro, la pelota terminó al fondo del arco del Real Madrid.
Como le ha venido pasando en las últimas semanas, el juego del club blaugrana fue soporífero, Lionel Messi fue anulado de gran manera por Casemiro y la circulación de la pelota no tuvo profundidad. Sin embargo, en tres instantes hubo inspiración. El primero con Osmane Dembélé desbordando por la banda izquierda para que Luis Suárez definiera de primera y pusiera el 1-0.
Después, el mismo francés, una carrera por el sector derecho, centro rasante y la pierna de Raphael Varane para meterla en propia puerta. Y, por último una jugada individual que terminó con una infracción en el área para el penalti del visitante. Cobro de Suárez, para algunos insolentes, para otros arriesgado, pero para la mayoría una muestra de talento y atrevimiento.
Real Madrid llegó siete veces a la portería del Barcelona, la mayoría gracias a Vinicius Jr. En algunas no pudo definir de la manera correcta, en las otras se lució Marc André Ter Stegen. Y mientras el Madrid mostró más ahínco que el Barça, el Barça mostró más eficacia.
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Lo que en la primera parte hizo recordar el partido del 23 de noviembre de 2002, el último entre estos clubes que terminó sin goles, en la segunda llenó de emociones uno de los duelos más importantes del mundo que terminó con un marcador global de 4-1 a favor del visitante.
Barcelona, sin un Messi definitivo, supo aguantar supo mantener la serenidad y siendo más clínico que competitivo se quedó con la victoria y con el tiquete a una nueva final de la Copa del Rey. Por fortuna para Ernesto Valverde hay una nómina amplia, jugadores que combinados pueden lograr lo que el argentino hace solo (como el fin de semana pasado contra Sevilla). Ahora a esperar quién será el rival por el título: Valencia o Real Betis.
? ¡¡¡HACIA LA FINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL DE COPA!!!
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— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) 27 de febrero de 2019
Fuente: El Espectador