Venecia volvió a sufrir una gran inundación, después de que el agua diera algo de tregua, hasta el punto de que el ayuntamiento ha decidido cerrar la emblemática plaza de San Marcos a residentes y turistas.
El alcalde de la ciudad de los canales, Luigi Brugnaro, anunció que había decidido cerrar San Marcos por motivos de seguridad, debido al nuevo pico de 154 centímetros que alcanzó a media mañana el “agua alta”.
Se trata del segundo récord alcanzado esta semana después de la gran inundación de martes, la mayor sufrida por la ciudad en más de medio siglo, con las aguas alcanzando los 187 centímetros.
“Hemos destruido Venecia. Hablamos de mil millones de daños y solo los del otro día, y no los de hoy”, afirmó el alcalde.
La Oficina Meteorológica de Venecia comunicó que el pico de la marea fue de 154 centímetros y se alcanzó a las 11.26 hora local (10.26 GMT), aunque empezó a descender lentamente sobre todo gracias a la ausencia de viento.
“Cerramos la plaza para no poner en peligro la seguridad de las personas. Todavía estamos en estado de emergencia, en breve abriremos un fondo de donaciones. Agradezco a todas las personas que están trabajando duro, lástima que aquí en la plaza aún hay quien quiere filmar una película y en estos casos no hay nada peor que la especulación”, lamentó el alcalde veneciano.
Se refería a un equipo de filmación del nuevo filme del actor italiano Stefano Accorsi, que, para perplejidad de algunos y el enfado de otros, trabajaba en plena plaza de San Marcos poco antes de su cierre.
Con el 70 por ciento de la ciudad inundada, transitar por ella se ha convertido en una aventura, la mayoría de los negocios están cerrados y los comerciantes tratan de achicar agua de sus locales.
Diana, camarera del único bar abierto en las cercanías de San Marco, cuenta a Efe: “Es difícil, hace cuatro días que somos los únicos que han abierto, pero tratamos de contentar a las personas que vienen, les damos la cervecita, el sandwich, el café”.
“Hoy es más particular, puede ver que todo está inundado. Mi compañera de trabajo sigue haciendo de comer y tratamos de sacarlo adelante, pero no es fácil”, añade.
Quienes sí están haciendo negocio son los kioscos donde se venden, por unos 10 euros las más altas, las preceptivas botas-fundas de goma imprescindibles para poder caminar por entre las aguas.
También los hoteles ofrecen a sus huéspedes botas de caucho para poder salir a las calles, donde el nivel del agua llega en muchos casos hasta la rodilla.
Quien se paseó por la plaza de San Marcos antes de su cierre, ataviado con botas de goma hasta los muslos, fue el líder de la ultraderechista Liga y exministro de Interior italiano, Mateo Salvini, quien aseguró que nunca había visto así Venecia.
“Es un desastre para los que viven y trabajan aquí”, añadió, y dijo que ya se ha perdido demasiado tiempo para finalizar el sistema de diques que impida las inundaciones.
“Ya no se pude perder el tiempo. Esta ciudad pide ayuda, necesitamos unirnos para completar el Mose”, afirmó Salvini en referencia al proyecto de ingeniería para evitar las inundaciones.
El servicio de transporte público se suspendió debido a la altura de las aguas y por cuarto día consecutivo se mantienen cerrados los centros educativos.
Según el Centro de Previsiones, la marea alta se mantendrá durante toda la semana entre los 85 y los 120 centímetros.
El jueves, el Consejo de ministros italiano decretó el estado de emergencia en Venecia y aprobó una inversión de veinte millones de euros como primera ayuda a los damnificados por el agua.
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, concretó que se ofrecerán 5.000 euros a cada residente damnificado y hasta 20.000 euros a los propietarios de actividades comerciales.
Fuente: El Mercurio