Rastreado el cargamento explosivo que destrozó Beirut: un barco abandonado por su dueño ruso y una alarma ignorada por seis años

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Un barco de bandera de Moldavia pero de propiedad rusa que acabó siendo abandonado tras no ser apto para navegar llevó hasta Beirut el nitrato de amonio que, dicen las autoridades libanesas, causó este martes la devastadora explosión, según han informado medios internacionales como Al Jazeera o The Times.

El 23 de julio de 2014, Mikhail Voytenko -periodista especializado en temas marítimos- escribió una escueta crónica acerca de un misterioso barco fantasma de origen ruso al que calificó como una “bomba flotante”. Su nombre era Rhosus. Había amarrado en el puerto de Beirut en octubre del año anterior en busca de ayuda. Había zarpado semanas antes desde Batumi, Georgia, navegaba destartalado y su destino era Mozambique, África. Nunca llegaría. En su interior cargaba con un material inquietante que lo hacía extremadamente peligroso para toda una ciudad: 2.750 toneladas de nitrato de amonio.

Entonces, Rhosus -construido en 1986 y de 87 metros de eslora- fue detenido luego de una inspección de las autoridades portuarias libanesas que encontraron una serie de deficiencias elocuentes que hacían imposible que continuara en esas condiciones por aguas del Mediterráneo. Desde octubre de 2013 hasta julio del año siguiente, el buque carguero quedó varado en Beirut. Con él, cuatro tripulantes: el capitán, de nacionalidad rusa y otros tres ucranianos.

The Times cita que la nave era propiedad de Igor Grechushkin, un hombre de negocios ruso que reside en Chipre, «un paraíso mediterráneo para las empresas rusas que buscan bajos impuestos y una regulación ligera». El dueño del barco, poco después del frustrado viaje a Mozambique, declaró a su empresa -Teto Shipping Ltd, radicada en las Islas Marshall- en bancarrota. El buque quedaría varado allí… como destino trágico.

“El Rhosus, en realidad, está abandonado: el propietario no se comunica, no paga los salarios, no proporciona suministros. El dueño de la carga también declaró abandono. Las autoridades de Beirut no permiten que la tripulación restante abandone el barco y vuele a casa”, señaló entonces Voytenko en su informe para FleetMon, recordado ahora por Infobae. Las autoridades del puerto no querían que se fueran y dejaran esos potenciales explosivos bajo su cuidado.

La embarcación se dirigía de Georgia a Mozambique, pero se vio obligada a atracar en Beirut tras sufrir problemas técnicos, de acuerdo con los abogados que brindaron asistencia legal a la tripulación. Sin embargo, según informa Al Jazeera, las autoridades libanesas prohibieron que el buque siguiera navegando y los propietarios terminaron abandonándolo.

Cuatro tripulantes quedaron atrapados a bordo debido a las restricciones de inmigración que les impedían desembarcar. Dos miembros del bufete Baroudi & Associates, con sede en Beirut, explican en un informe sobre el caso de 2015 que finalmente lograron obtener el permiso de un juez para que los marineros regresaran a casa tras alegar «el peligro inminente que enfrentaba la tripulación dada la naturaleza peligrosa de la carga aún almacenada en las bodegas del barco».

«Debido a los riesgos asociados» a la retención del nitrato de amonio a bordo del buque, las autoridades portuarias descargaron el material, relatan los abogados. Fue colocada en el Hangar 12 del puerto, una gran estructura gris, como describe Al Jazeera. El traspaso se realizó en octubre de 2015 y permaneció allí hasta este martes, cuando un incendio desató una terrible explosión que provocó la muerte de al menos 100 personas e hirió a 4.000 víctimas. Las detonaciones tuvieron tal potencia que fueron registradas por los sensores del Instituto Geológico de los Estados Unidos como un terremoto de magnitud 3,3 grados en la escala Ritcher.

Uno de sus tripulantes se quejó en foros de internet sobre el estado del carguero. “Está destrozado”, rezongó sumando además cuestionamientos sobre la empresa por la poca paga y las condiciones laborales. El barco no tenía baños en los camarotes, por lo que todos debían compartir uno. No contaba con cámara refrigeradora, motivo por el que los vegetales y los alimentos no tenían el frío suficiente para mantenerse en condiciones. Ni siquiera tenían dónde lavar sus ropas.

Una alerta ignorada por años

Según el canal árabe, que ha analizado archivos públicos y documentos publicados online, las autoridades de la aduana libanesa alertaron en varias ocasiones del peligro que suponía mantener el cargamento en el puerto y pidieron soluciones sin éxito.

De acuerdo con su información, meses más tarde de la llegada del barco a Beirut, el 27 de junio de 2014, el entonces director de la aduana envió una carta a un juez reclamando una solución para la carga. Desde la aduana se enviaron al menos cinco misivas más durante los tres años posteriores para pedir indicaciones. Como recoge Al Jazeera, propusieron tres opciones: exportar el nitrato de amonio, entregarlo al ejército libanés o venderlo a la Lebanese Explosives Company, una empresa privada.

En 2016, una carta señalaba que no había habido «ninguna respuesta» de los jueces a las solicitudes anteriores. «En vista del grave peligro que supone mantener estas mercancías en el hangar en condiciones climáticas inadecuadas, reafirmamos nuestra petición de que se pida a la agencia marítima que reexporte inmediatamente estas mercancías para preservar la seguridad del puerto y de los que trabajan en él, o que estudie la posibilidad de aceptar la venta de esta cantidad» a la compañía libanesa de explosivos. Pero no hubo respuesta. En octubre de 2017, el nuevo director de la aduana volvió a escribir al poder judicial para pedir una decisión sobre ese material «peligroso».

Este miércoles, una fuente oficial ha calificado lo ocurrido en declaraciones a Reuters como una «negligencia» y asegura que el almacenamiento seguro del material se había planteado ante varios comités y jueces y «no se hizo nada» para ordenar que fuera retirado o eliminado.

Luego de la confusión inicial, cuando se hablaba de sabotajes, presencia de armas y fuegos artificiales, el director de Aduanas del Líbano, Badri Dahar, anunció que la explosión había ocurrido en el Almacén 12 del puerto de Beirut, luego de un incendio. Dahar Indicó a su vez que el área contenía materiales altamente explosivos.

Las autoridades libanesas revelaron poco después que entre estos había 2.750 toneladas de nitrato de amonio, un compuesto químico altamente inflamable que se utiliza para fabricar fertilizantes y explosivos (como por ejemplo el poderosísimo Amatol, creado mediante la mezcla de TNT y nitrato de amonio). De hecho, este es el ingrediente preferido de los grupos terroristas al momento de construir bombas caseras.

Una ciudad en ruinas

El Gobernador de Beirut, Maruan Abboud, afirmó este miércoles que aún hay más de 100 desaparecidos y más de 200.000 personas se han quedado sin casa tras la explosión que el martes causó más de un centenar de muertos y de 4.000 heridos en la capital libanesa. En declaraciones a medios locales, Abboud señaló que hay al menos un centenar de personas a las que no se ha podido ubicar y que los daños en Beirut son enormes, en torno a los 3.000 o 5.000 millones de dólares.

“Alrededor de 200 o 250.000 personas se han quedado sin hogar y estamos trabajando para proveer comida, agua y vivienda”, indicó en declaraciones que recogen diversos medios locales. La deflagración provocó una enorme onda expansiva que afectó a miles de viviendas y edificios destruyendo vidrios y muros, lo que ha llevado a gran parte de la población de esa zona de la ciudad a buscar un techo en otros lugares.

Además, la explosión destruyó al principal silo de granos de la nación, dejando a la nación con reservas tan escasas que podrían durar menos de un mes, según dijo el miércoles el ministro de economía del país. Así el Líbano, una pequeña nación que alberga a más de un millón de sirios que huyeron de la guerra en su país, tiene ahora un problema de seguridad alimentaria.

En declaraciones publicadas por la agencia noticiosa estatal, el ministro de Economía y Comercio, Raoul Nehme, dijo que todo el trigo almacenado en el depósito estaba “contaminado” y no podía usarse. Sin embargo, insistió en que hay suficiente para cubrir las necesidades inmediatas del país. Según Nehme, Líbano importará más trigo. El funcionario agregó que el país ahora tenía reservas para “un poco menos de un mes”.

El silo en escombros después de la mega explosión de tres kilotones en el puerto de Beirut, Líbano (Foto AP / Hussein Malla)

La explosión fue la más poderosa que se haya visto en Beirut, dejando a mitad de la ciudad afectada e inhabilitando el principal puerto de entrada para las importaciones de alimentos en la nación de más de 6 millones de personas.

Según el jefe de Estado libanés, Michel Aoun, el primer ministro ha asegurado que no descansará hasta encontrar al responsable y «aplicarle el castigo máximo porque no es aceptable que un cargo de nitrato de amonio que pesa 2.750 toneladas esté desde hace seis años en un almacén sin tomarse las medidas preventivas, exponiendo la seguridad de los ciudadanos».

Fuente: El Universo