Líbano: oposición se alía para tumbar reparto confesional del poder, “la causa de todos los males”

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El pasado 30 de agosto, docenas de grupos cívicos y antiguos partidos de la oposición anunciaron un programa unificado para establecer un nuevo sistema político en el Líbano, mientras rechazaban al nominado nuevo primer ministro, Mustapha Adib, embajador de el Líbano en Alemania. La declaración del grupo congregado en la Plaza de los Mártires de Beirut acusa a la clase dirigente de «insistir en perpetuarse, aun habiendo perdido su legitimidad popular”, en un «sistema político guiado por la codicia”, a pesar de los múltiples y profundos problemas a los que se enfrenta el país.

Desde que estallaron las protestas generalizadas en octubre de 2019, los grupos de oposición habían luchado por encontrar un objetivo común y un proyecto de unidad. «Durante mucho tiempo estuvieron perdidos, y sin voz”, dice a DW Zeinab Mirza, politólogo de la Universidad Americana de Beirut, quien destaca la importancia de este documento.

La clave de las demandas de esta alianza opositora es un reducido gobierno de transición con un claro calendario para abolir el sistema sectario de Líbano y el rechazo de cualquier gabinete formado manteniendo el statu quo. De acuerdo a las leyes actuales, los puestos políticos clave se reparten entre las principales creencias religiosas del país, pero muchos consideran que es un sistema corrupto que canaliza el patrocinio y la influencia.

«Estamos listos”, dice la alianza opositora

El exprimer ministro Hassan Diab renunció el 10 de agosto en medio de la furia nacional tras la explosión del 4 de agosto en Beirut. Los grupos opositores se han reunido intensamente desde esa tragedia para elaborar una lista de figuras que podrían formar un gobierno de transición competente e independiente. «Tenemos nombres. Estamos listos», dijo Hassan Sinno, miembro del movimiento de oposición Massirat Watan, a la agencia de noticias AFP.

El documento de la declaración incluye 58 objetivos políticos detallados que van desde obtener una compensación y justicia para las víctimas de la explosión, hasta deshacerse de las leyes electorales basadas en la religión y formalizar la independencia del poder judicial. Amin Qamourieh, analista político y columnista del diario libanés An-Nahar, dijo a DW que la iniciativa, que reúne a una diversa gama de grupos con una poderosa visión común, es el logro más significativo del movimiento.

«El anuncio representa el nivel básico de comprensión que se necesita para poner fin al caos que están explotando los que están en el poder, así como algunas fuerzas extranjeras que dicen que adoptarán la reforma, pero que solo están velando por sus propios intereses», precisa Qamourieh.

El cambio es posible …

Esta nueva coalición no es la única que pide un cambio en la forma de hacer las cosas en el Líbano, pero los analistas dicen que el grupo tendrá que trabajar, al menos inicialmente, dentro del sistema existente. «Los jóvenes del movimiento se dan cuenta de que los intentos de erradicar el sectarismo y la influencia externa son muy difíciles», apunta Qamourieh, «por lo que inicialmente tratarán de presentarse a las elecciones con grupos unificados que permitan que lleguen nuevas voces al Parlamento para que se presenten proyectos de ley».

Gracias a la inmensa ira que se sintió en todo el Líbano tras la explosión, existe la voluntad política de cumplir algunas de las demandas, dijo Mirza, pero será difícil revisar el sistema confesional. Es posible llevar a cabo una investigación nacional e independiente sobre la explosión, un sistema progresivo de impuestos, licitaciones transparentes para contratos gubernamentales y viviendas para las personas afectadas por la explosión, añadió. Sin embargo, se requeriría aceptar un nuevo gobierno con cierta experiencia tecnocrática y política.

«Esto no es ciencia nuclear», advierte Mirza, pero acota que «abolir el sistema sectario no es tan fácil», añadió. «Se puede y se debe hacer, pero ahora tenemos prioridades más urgentes».

Sistema confesional, «la causa de todos los males”

Este 31 de agosto, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, dijo que «el sistema confesional de reparto del poder tiene que cambiarse porque es la causa de todos los males». Y el presidente Michel Aoun pidió la proclamación de un Estado secular, tras reconocer la necesidad de «cambiar el sistema».

El aliado de Aoun, el líder de Hezbollah apoyado por Irán, Hassan Nasrallah, había dicho antes que estaba abierto a la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de un nuevo pacto político, siempre que las facciones de Líbano estén de acuerdo. Días antes de que se dirigiera a Beirut para celebrar este 31 de agosto el centenario de el Líbano como país, Macron había advertido que la nación podría «desaparecer» sin una rápida acción de los que están en el poder.

Según Qamourieh, las potencias extranjeras solo han buscado mantener el statu quo en Líbano: «Estas fuerzas están buscando una posible fórmula para la continuación del sectarismo que sirva a sus intereses».

El «documento conceptual» de dos páginas de Macron esboza los cambios necesarios para desbloquear la ayuda extranjera, como una auditoría del Banco Central y la instalación de un gobierno provisional capaz de implementar sus propuestas y convocar elecciones anticipadas. Francia, Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita, Siria e Irán han influido durante mucho tiempo en la política libanesa a través del apoyo a sus líderes y facciones preferidos.

Fuente: DW