Empiezan las clases virtuales y más de la mitad de los estudiantes no tienen acceso a la tecnología

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Amanece en la sierra ecuatorial y el maestro Bolívar Piña enciende su computadora para conectarse a la primera clase del día, la tercera del año lectivo. Él es pluridocente del CEBIB de educación básica Jaime Roldós Aguilera, ubicado en la parroquia Ludo, del cantón Sígsig. Una vez más asisten a la clase solo dos de los seis niños inscritos en el aula del segundo de básica, la que está aprendiendo a leer y escribir. Los niños que no se conectan, que en este caso son más de la mitad, no lo hacen porque no tienen acceso a la tecnología que requieren las clases virtuales. Así como estos niños, el cincuenta y cinco por ciento de la población ecuatoriana no tiene acceso al internet, según datos de 2019 del Instituto Nacional del Censo, INEC. Estos datos indican también que el sector más afectado es el rural.

El maestro Bolívar Piña cuenta que sus alumnos “no se pueden conectar al servicio por falta de equipos tecnológicos” y que “muchos de los padres están con otros chicos en otros establecimientos y a veces solo tienen un dispositivo o tienen un dispositivo en mal estado”. El maestro, que tiene a su cargo al segundo, tercero y cuarto de básica de la unidad educativa para la que trabaja, cuenta que en el caso de esta escuela son “unos veinticinco niños los que no cuentan con equipos tecnológicos para el acceso a las clases virtuales.”

Esta falta de tecnología no solo afecta a nivel de educación en los estudiantes, sino también a nivel emocional, así lo cuenta el maestro, que puede percibir cómo se sienten los alumnos: “Ellos sienten tristeza al no poder estar en las aulas virtuales porque están lejos de sus compañeros, no pueden interactuar con ellos, no pueden interactuar con su profesor, ellos también están ansiosos de poder recibir conocimiento”, dice apenado.

“Yo rogaría a todos que se dignen a ayudar a estos chicos con ayuda tecnológica que esté a su disposición para que estos chicos puedan ser partícipes de la educación que es un derecho universal y que no se le puede negar a nadie”, dice el maestro pidiendo ayuda a la ciudadanía. Así como el caso de la parroquia de Ludo, este medio de comunicación ha recibido muchos mensajes de padres de familia y comunidades que no cuentan con la tecnología necesaria.
Es por esto que como medio de comunicación hacemos un llamado urgente a toda la ciudadanía, a que done los dispositivos que no esté utilizando. También sugerimos a las autoridades la idea de crear una entidad que se encargue de recibir dispositivos, configurarlos para su uso y donarlos a las comunidades en este inicio a clases. Si aparecen la suficiente cantidad de personas dispuestas a ayudar, a la clase del segundo de básica del maestro Bolívar Piña asistirán seis de los seis alumnos inscritos para este año lectivo que recién empieza.

Para ayudar a la comunidad de Tucto, parroquia Ludo, contactarse con el maestro Bolívar F. Piña al 096918 8897. Y para ayudar a los padres de familia que han escrito a este medio, enviarnos un mensaje por favor.

Foto: El maestro Segundo Chimborazo del CEBIB de educación básica Jaime Roldós Aguilera dando clases virtuales.

Texto: Luna Piedra de La Voz del Tomebamba