Paro nacional en Colombia: los problemas de estas semanas comienzan a dar una pauta para las elecciones de 2022

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Colombia continúa viviendo el llamado paro nacional, cuyas protestas empezaron el pasado 28 de abril y podrían marcar el camino hasta las próximas elecciones.

Durante dos semanas se han dado enfrentamientos que resultaron en la muerte de, al menos, 27 personas, además de dejar más de 1.000 heridos (civiles y uniformados) y cientos de desaparecidos.

En este escenario, varias figuras políticas de ese país han asomado buscando calmar los ánimos, atacando la reacción del Gobierno y de las fuerzas de seguridad.

Ya varios expertos han mencionado que la cercanía de los comicios es un factor que complica las posibles salidas de la crisis política y social que se le ha presentado al presidente Iván Duque.

“Yo tengo 74 años y le digo que nunca vi una élite política tan incapaz de llegar a resoluciones”, dijo a BBC el historiador Carlos Caballero Argáez.

Colombia no ha sido un hervidero político en los últimos 50 años y los periodos presidenciales se han mantenido (cada cuatro años), así como transiciones sin problemas. Es decir, una democracia estable pese a los escenarios de violencia por el conflicto armado interno de finales del siglo pasado y que sigue presente, pero en menor medida.

En ese marco Duque tiene un gran peso, pues de él depende el apoyo que pueda tener el candidato de su partido Centro Democrático (derecha), cuyo máximo líder es el expresidente Álvaro Uribe, quien a su vez ha salida mal parado por pedir que las fuerzas de seguridad salgan armadas a la calle, aunque luego aclaró que era para precautelar la seguridad y respetando los derechos humanos.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López (centro), opositora a Duque, ha tenido, en cambio, que equilibrar el discurso contra la reacción del mandatario y la fuerza pública y contra los que han destruido bienes públicos. Pidió diálogo a los manifestantes y responsabilidad con el accionar policial al Gobierno.

En tanto, Gustavo Petro (izquierda), quien disputó la segunda vuelta con Duque en 2018, ha sabido aprovechar el momento y ya lo dan como una de las figuras a vencer. Con mensajes de mesura, pero atacando duramente al presidente y ministro de Defensa.

En la línea de López aparece como principal figura de la llamada Coalición de la Esperanza Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquia, quien por poco supera a Petro en la primera vuelta y entra al balotaje en los comicios anteriores.

Durante los últimos dos años su figura se ha ido nutriendo de nombres, incluso de excandidatos presidenciales como Humberto De la Calle, jefe negociador del acuerdo de paz con las FARC. Sin embargo, Fajardo ha tenido que enfrentar un desafío, su primera imputación pública. Una acusación inesperada y que se ve como una forma del oficialismo de disminuir sus posibilidades.

Esta y otros tipos acciones hacen que la cercanía de las elecciones condicionen posturas y amplifiquen controversias y sus posibles soluciones. Tras el fracaso de la reforma de Duque, el 82% de los consultados dice que no votaría por un candidato que suba impuestos.

“Con los que hay que dialogar es con los que están en las calles, que son los jóvenes, quienes en su mayoría ni estudian ni trabajan. Jóvenes que sienten con dolor que no tienen futuro y que no se les está escuchando”, ha dicho López en referencia a la acción de Duque de buscar primero a los líderes políticos, algo que sería un ataque al mandatario y su tendencia uribista, pero también a la de Petro, que se agrupa en la coalición Pacto Histórico (izquierda).

De acuerdo con una publicación de El País, en este escenario justamente es Petro, exguerrillero del M19, el que se está convirtiendo en el rival a vencer. Ha buscado moderar su discurso, pero también ha sido acusado de enviar mensajes incendiarios y caudillistas.

“La violencia de las protestas, que además es seguida por la gente desde sus redes sin entrar a entender ni profundizar, hace que la política sea más polarizada y más ideológica, con la consecuencia de que llegar a soluciones es mucho más difícil”, dijo a BBC la politóloga Mónica Pachón, decana de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.

Sin embargo, aún falta para saber quién podrá salir mejor parado de esta problemática en la que se ha visto una alianza obrera-campesina-indígena-jóvenes, sin líderes claros. Además de los actos de violencia y vandalismo que son atribuidos por autoridades a grupos criminales y a las guerrillas.

Esto, sin contar que Colombia ya venía enfrentando antes del paro una ola de contagios que lo había llevado a ser el tercer país de la región más afectado por el coronavirus en la región. La pandemia también ha sido una circunstancia para que los factores socieconómicos del país empeoren. Una muestra de ello es que en 2020 el PIB del país disminuyó 7% y el peso colombiano se ha devaluado.

Datos oficiales mostraban que 21 millones de personas vivían en la pobreza y 7,5 millones en la indigencia.

Todo esto más una creciente desconfianza de la población con la clase política podría terminar en un coctel que podría funcionar de caldo de cultivo para la inestabilidad, como ya se ha visto en otros países.

“Lo que está sucediendo va a incidir en las elecciones de 2022. La molestia frente a este Gobierno es absoluta por la desconexión con la ciudadanía y con la realidad. Va a haber un cambio del modelo de país”, dijo la diputada colombiana del Partido Verde, Katherine Miranda, según Euronews, que también recoge la opinión de Sergio Guzmán, analista de Risk Analysis, quien opina que por el momento lo ocurrido complica las esperanzas electorales del partido oficialista.

Fuente: El Universo