Un hombre con el 45 % de discapacidad física fue víctima de la delincuencia. Le robaron su triciclo que utilizaba para la venta de encebollados. Ahora no puede trabajar.
César Rodrigo Plaza Barreto, de 70 años, conocido como “Mochito”, relata que el robo se produjo el pasado martes. Desconocidos ingresaron al garaje de una vivienda, rompieron un candado y se llevaron el triciclo. Esto sucedió en la calle Tadeo Torres, en las cercanías del Colegio Benigno Malo. Allí Rodrigó encargaba el triciclo; esto porque su domicilio está ubicado en la parroquia Llacao. Él todos los días llevaba el encebollado preparado y lo colocaba en el triciclo para dedicarse a la venta en las afueras de los multifamiliares del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en la calle Daniel Córdova y avenida Fray Vicente Solano.
César cuenta que la vida siempre le ha puesto obstáculos, a sus cinco años perdió el brazo izquierdo como consecuencia de manipular una camareta. Esto le marcó en su forma de vida. Comenta que ha tenido que adquirir destrezas para trabajar con una sola mano. Recuerda que por algunos años fue betunero, luego vendía periódico y después aprendió a cocinar los encebollados. Esta última actividad la ha realizado durante 30 años. Pero ahora el robo de su herramienta de trabajo lo ha dejado sin poder trabajar. Detalla que en el triciclo estaba un cilindro de gas, una cocina y algunos utensilios de cocina.
Comenta que la situación económica que afronta es complicada para adquirir nuevamente lo necesario para volver a trabajar. Apela a la solidaridad de ciudadanos que lo puedan ayudar. Si alguna persona desea hacer una donación puede comunicarse directamente con César Rodrigo al 0994351677.
Menciona que el día que descubrió el robo de su triciclo casi se desmayó y rompió en llanto. Lo único que pide es volver a trabajar.
Como parte de la búsqueda ya acudió a los sitios que venden chatarra, pero no encontró su triciclo; también asistió a lugares que venden cosas usadas, pero no hay resultados.
El triciclo tenía unos 30 años de uso, cometa que lo compró en Machala, de allí lo trajo a Cuenca.
La situación económica es difícil. Antes de la pandemia, César vendía unos 40 encebollados diarios. Ahora, hasta -antes del robo de su triciclo- vendía unos 10 encebollados diarios. Refiere que no es mucho, pero es el fruto de un trabajo digno.
Menciona que al no tener una mano ha tenido de ingeniarse de diferentes formas para picar la cebolla, desmenuzar el pescado y hacer el tostado.
Es padre de siete hijos y abuelo de siete nietos. Es un hombre de la tercera edad que ha pesar de su discapacidad no cobra ningún bono.
Tiene un carné de discapacidad. Menciona que con las primeras valoraciones en el documento primero se refería que posee un 69 % de discapacidad física y auditiva, pero con las actualizaciones en el documento fue plasmado el 55 % y finalmente el 45 % de discapacidad.
César Rodrigo Plaza espera pronto volver a trabajar. “Es lo que haré hasta cuando Dios me lleve”, refirió.
César Rodrigo Plaza espera pronto contar nuevamente con un triciclo y volver a la venta de los encebollados, así obtener su sustento diario.
Fuente: El Mercurio