Para Carlos Dávila, su taxi se convirtió en su segundo hogar y el único sustento para mantener a su familia. Tiene un hijo que estudia en la universidad y dos están en el colegio. Con su trabajo por más 12 horas al día, cuenta que su situación es crítica, porque muchas veces no puede cubrir con todos los gastos del hogar y del taxi.
Al día recorre, en promedio, entre 170 y 200 km. Cuando le va bien, se lleva a casa USD 50. Pero esta situación cambió con la medida del Pico y placa, su vehículo deja de circular los miércoles. Ahora, a esta situación se suma la competencia, los vehículos que brindan el servicio de taxi a través de los aplicativos móviles van en aumento.
“Los usuarios de a poco han reemplazado a los taxis amarillos por estas unidades y eso nos afecta económicamente y también social porque están apoyando un sistema que no es legal en la ciudad”, explicó Dávila.
Es por esta razón que apoyó a sus compañeros para realizar los plantones para exigir al Municipio de Quito que controle la operación de vehículos que funcionan con plataformas móviles.
Fueron cuatro días, desde el lunes hasta el jueves, que estuvieron desde las 06:00 para poder reunirse con las autoridades. Su punto de encuentro fue entre las calles Venezuela y Sucre porque los alrededores del Municipio se encontraron cercados por la protesta.
Ayer, solo 22 de los 50 dirigentes del taxismo convencional y ejecutivo pudieron acceder a la reunión, a la cual asistió el alcalde Santiago Guarderas; el secretario de Movilidad, Ricardo Pozo, y Silvana Vallejo, directora de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT).
Tras cuatro horas de reunión, los taxistas anunciaron que terminaron las protestas, pues se llegó a acuerdos. Por ejemplo, se anunció que el Municipio analiza exonerarlos de la medida del Pico y placa que, según Carlos Brunis, dirigente del sector, representa un día sin trabajar.
Por su parte, Silvana Vallejo, directora de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), señaló que no se cuenta con una cifra precisa de cuántos taxis son informales. Sin embargo, se detalló que se intensificarán los controles para quienes trabajan a través de plataformas móviles.
Ante esta resolución, Brunis y los demás miembros del taxismo de Pichincha se mostraron satisfechos con las medidas tomadas.
El secretario de Movilidad destacó que levantarán un informe sobre la factibilidad de levantar el Pico y placa, pues en días pasados detalló que no es posible exonerar a los taxis de la restricción, puesto que el tráfico en la ciudad es alto por sí mismo y con esa exoneración aumentarían 30 000 vehículos en las calles de la ciudad.
Miguel Ángel Carrillo (nombre protegido) es conductor de Uber y apoya que el servicio de aplicativos móviles también se regule en el país como se ha visto en ciudades de Estados Unidos y Europa.
En su caso también se ve afectado por las medidas del pico y placa; sin embargo, ha tenido que acostumbrarse a esta metodología de trabajo. Aunque debe circular con precaución, el trabajo en su vehículo es su fuente de ingreso y se preocupa por los controles que se van intensificar en la ciudad.
Desde la Agencia Metropolitana de Tránsito informaron que se ha conformado un grupo especial para ejecutar operativos de control de manera constante, con informes de inteligencia actuando en rutas críticas, denuncias, entre otras variables de alertas que tiene la AMT, de manera rotativa e itinerante, todos los días.
Fuente: El Comercio