Las clases virtuales, lejos de ser la solución al problema de inseguridad, genera más contratiempos a los padres de familia de Durán.
Pocos se atreven a hablar por el miedo, y quienes se pronuncian, afirman que es imposible conectarse a las clases virtuales. Ese es el caso de una familia, pues sus 4 hijos deben hacerlo a la misma hora, en diferentes colegios. No queda opción que perdérselas.
«Hay que enseñarles a los niños juntos, hay que estar conectados. Es bastante complicado«, relata una madre de familia.
Lo mismo sucede con Olga, una abuela que cuida de sus tres nietos que deben tener clases virtuales, pero no se pueden conectar, porque no tienen internet en casa.
Ese no es el único problema, reconoce que ella a su edad ya no puede darles la guía necesaria en sus deberes, hace falta un docente, que con la virtualidad no se tiene y esto genera vacíos de aprendizaje.
Padres ponen en peligro sus trabajos para cuidar a sus hijos
A otros padres les tomó por sorpresa la medida, algunos trabajan y no tienen con quien dejar a sus hijos en las viviendas, poniendo en riesgo sus empleos, aunque el problema persistía en la presencialidad.
«Si las criaturas salen temprano, entonces cómo uno viene a recogerlos», indica una madre.
Es el drama que viven padres de familia y estudiantes, muchos ya no saben si existe alguna solución para darle vuelta a esta realidad. Coinciden en que se necesita seguridad, que pese a los anuncios hechos, no la ven.
Fuente: Ecuavisa
