Enfrentar posibles brotes de dengue, reto en la región, según la OPS; Ecuador registró menos casos

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El dengue es una enfermedad endémica en la región y su reintroducción se dio en la década de 1980. Desde ese año ha provocado brotes y epidemias cada tres a cinco años. Así lo explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Bajo esta premisa, el organismo insta a los países a prepararse y estar listos para dar una respuesta oportuna frente a posibles brotes de esta enfermedad vectorial, transmitida por el mosquito llamado Aedes aegypti.

“Su complejidad ha ido aumentando con los años debido a varios factores, como el crecimiento urbano no planificado, problemas de agua y saneamiento, el cambio climático y ambiental y la circulación simultánea en algunos países de los cuatro tipos del dengue, que aumenta el riesgo de que se presenten casos graves y ocurran brotes”, explicó Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.

En la última actualización epidemiológica de la OPS sobre el dengue, publicada el 22 de febrero del 2019, consta que el año pasado se notificaron 560 586 casos de dengue en la región; 3 535 diagnósticos fueron graves y 336 defunciones.

Las primeras seis semanas del 2019 hubo 100 000 casos de dengue. De ellos, 632 casos graves y 28 defunciones.

¿Qué pasa en Ecuador? El 2018 cerró con 3 094 casos por dengue. Lo informó el jueves 14 de febrero del 2019 el Ministerio de Salud, entidad que se encarga del control y prevención de este tipo de males.

La cifra del año anterior es inferior a la del 2016 y 2017. En esos años se presentaron 14 159 y 11 387 casos, respectivamente.

En el 2018, la provincia con el mayor número de casos de dengue fue Manabí, con 880. Le siguen Guayas, con 525, y El Oro, con 301. En octavo lugar está Pichincha con 81 diagnósticos.

La OPS recomienda a los países que intensifiquen la vigilancia de la enfermedad, así como las medidas de control de vectores para reducir la población de mosquitos que pueden transmitir.

A estas acciones deben sumarse la educación continua a la población, el involucramiento de la comunidad y la capacitación y cuidado a los profesionales de salud. 

Fuente: El Comercio