En el portal Gateway Pundit, la periodista estadounidense, Cassandra Fairbanks, relató su experiencia al intentar entrevistar a Julian Assange en la embajada de Ecuador en Reino Unido, bajo el títular: «Ecuador encierra a un periodista estadounidense en la sala mientras el embajador le dice a Assange que «se calme» y acepte espiar».
Según Fairbanks, visitó a Assange para una entrevista, sin embargo fue encerrada «en una habitación fría y vigilada durante más de una hora» por parte de funcionarios ecuatorianos, mientras se desataba «una furiosa discusión» entre el embajador del país, Jaime Merchán, y Julian Assange, este 25 de marzo de 2019.
Assange acusó al embajador de ser un agente del gobierno de los Estados Unidos, cuenta la periodista, quien además dijo que es la tercera vez que lo visita, y cada vez el ambiente se torna peor.
Su visita era de 15:00 a 17:00 y la sala a la que fue conducida tiene instaladas dos grandes cámaras «que apuntan a la mesa».
«Unos momentos después, Assange caminó hacia la puerta, pero no pudo entrar. El personal de la embajada le exigió que se sometiera a un escáner de cuerpo completo con un detector de metales antes de permitirle entrar en la habitación», cuenta Fairbanks, quien dice que en las visitas anteriores no vio algo similar.
«No quiero hacer la exploración del cuerpo. Es indigno y no es apropiado, solo estoy tratando de tener una reunión privada con una periodista», oyó la periodista decir a Assange.
De inmediato, la puerta de la sala fue cerrada por alguien de la embajada.
Unos minutos más tarde, Fairbanks quiso abandonar la sala, pero las dos puertas por las que intentó salir para hablar con el personal diplomático estaban cerradas. «Fue entonces cuando me di cuenta de que los funcionarios ecuatorianos me habían encarcelado deliberadamente en una habitación», relató.
«¿De qué tienes miedo con respecto a mi reunión con una periodista? ¿A qué le teme la embajada?», consultó Assange, quien explica al personal que, como refugiado político, la sede diplomática tiene el deber de protegerlo, no de tratarlo como un prisionero.
«Estoy tratando de tener una conversación privada con una periodista», añadió el fundador de WikiLeaks, que además preguntó: «¿Cómo puedo transmitir de manera segura el maltrato y la ilegalidad que me está ocurriendo aquí mientras estoy bajo vigilancia?».
«Me has estado vigilando ilegalmente», insiste Assange. A ello, Marchán responde: «Quiero que te calles».
«Sé que quieres que me calle, el presidente ecuatoriano (Lenín Moreno) ya me ha amordazado», respondió el australiano, asilado en la embajada de Ecuador desde el 2012.