Todo estuvo mal. El plan de cocinas de inducción, que promovió el Gobierno del expresidente Rafael Correa, fue un cúmulo de errores, falta de planificación y mal uso de recursos públicos. La propaganda sirvió solo para ensalzar a las autoridades de turno pero evidenció su poca capacidad para administrar el cambio de uso de energía. La iniciativa fracasó y, al menos por ahora, no será retomada por la administración de Lenín Moreno. Para este año, no se nombró gerente del proyecto.
Una de las alarmas más graves que rodean a la fallida iniciativa es que no contó con un estudio de mercado detrás. El expresidente Correa, su vicepresidente, el ahora encarcelado Jorge Glas, y el exministro de Industrias, Ramiro González, no supervisaron que el proyecto contara con respaldos. Ellos lanzaron la idea de reemplazar las cocinas a gas por cocinas de inducción sin que un estudio diga si el consumidor ecuatoriano estaba o no interesado. El plan era vender más de tres millones de electrodomésticos pero no se cumplió. Ni se acercó a la cifra.
La falta de estudios para la colocación de cocinas de inducción no fue el único descuido. El Gobierno tampoco verificó el sustento técnico de los créditos que ofreció para vender los productos. No hay informes detrás del plazo establecido o la tasa fijada. Correa y sus cercanos (ahora investigados) lanzaron el plan con fines políticos y sin ningún argumento técnico.
Lo dicho se respalda en un examen especial de la Contraloría General del Estado. El texto, publicado y aprobado el 15 de agosto, resalta que la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) incumplió su labor de presentar un proyecto con cronogramas y bases reales.
¿Cuál fue la afectación? Ecuador perdió por más de una vía. Una de las más graves es, sin embargo, que el ‘Programa de Eficiencia Energética para cocción por inducción y calentamiento de agua con electricidad en sustitución al gas licuado de petróleo en el sector residencial’ utilizó más de 363 millones de dólares, de los que la Contraloría examinó $ 171,8 millones. Monto que no está justificado por el fracaso de la propuesta.
Ese dinero se usó, en la mayor parte, en los beneficios e incentivos para que el sector privado fabrique y comercialice cocinas de inducción y calefones con generación eléctrica. Se dieron facilidades pero no se advirtió que nunca se consultó si la iniciativa era atractiva para el mercado nacional.
Ante la falta de respaldo, el Gobierno cayó en más ilegalidades. La Contraloríadeterminó, en su informe DNA4-0022-2019, que no se conformaron comisiones legales que verificaran el avance de la implementación de cocinas de inducción.
Aunque el informe no detalla al respecto, tampoco existe documentación que avale la decisión de Rafael Correa de gravar con el 100 % de tributo a las cocinas a gas. El Gobierno, ante su falta de planificación y para evitar el evidente fracaso, decidió castigar con impuestos a otras alternativas para el consumidor. La medida desesperada no dio resultado.
Desde 2015, el Ejecutivo de entonces trató de colocar tres millones de cocinas de inducción pero, hasta el 31 de mayo del año pasado, solo se comercializaron565.330 electrodomésticos bajo el plan de financiamiento estatal. Ante las fallas, el Gobierno actual dio de baja la iniciativa como fue pensada.
Datos
Personal
La falta de una estructura con bases técnicas provocó que el proyecto no cuente con el personal adecuado para ejecutar la sustitución de cocinas.
Proyecto
El Gobierno actual redujo el plan a la mínima expresión y eliminó las tasas fijadas.
Gerente
Desde diciembre del año pasado, no se renovó el cargo de gerente.
Fuente: Expreso