La normalidad no regresa, y Santiago de Chile ha vuelto a convertirse en la escenografía de una película apocalíptica.
Este miércoles, las protestas de la capital tomaron un tono más violento, con choques entre los manifestantes y los carabineros. Las redes sociales se hicieron eco de varias de las imágenes, mientras circulaba un video en el que un camión de las fuerzas de seguridad era brutalmente atacado en una columna de los manifestantes.
Casi en simultáneo fue difundido otro video, aparentemente sobre el mismo episodio y grabado desde el interior del vehículo, que refleja el pánico que se vivió entre los oficiales que se encontraban allí.
Eso, en un contexto de anuncios gubernamentales que no satisfacen a los manifestantes, de una huelga general que paralizó al país el martes, y de manifestaciones que se replican en varias de las principales ciudades del país desafiando el cansancio y la represión policial.
En los últimos días, los casos de cientos de heridas oculares reportados durante las protestas en varios países de la región, han captado la atención de la CIDH, mientras activistas de derechos humanos temen que pueda ser resultado de una práctica intencionada al reprimir manifestaciones sociales.
El problema tuvo especial protagonismo durante una sesión realizada en Quito relativa a la “Tortura, ejecución extrajudicial y graves violaciones de derechos humanos en la represión estatal en Venezuela”, como así también en otra sobre los disturbios que están teniendo lugar en Chile.
En efecto, la persistencia de las protestas hicieron que el decreto de un nuevo estado de excepción haya estado sobre la mesa en la noche del martes durante una reunión de gabinete encabezada por el presidente Sebastián Piñera, según informó el diario La Tercera.
De acuerdo con ese medio, fueron varios los funcionarios que rechazaron esa alternativa argumentando que eso podía ser perjudicial y que había que insistir en la búsqueda del diálogo. De todas maneras, esta opción sigue sobre la mesa y que dependerá de cómo evolucionen los hechos de violencia y de la postura que adopte la oposición.
Piñera convocó el martes a tres grandes acuerdos: por la paz, justicia y nueva Constitución y durante el miércoles ha sostenido diversos encuentros para abordar las mismas materias, con el objetivo de reforzar su mensaje. Esto, cuando aún el gobierno mantiene las negociaciones con la oposición para llegar a un acuerdo respecto a una nueva Carta Magna y en relación al orden público.