A un grupo de jóvenes artistas de América le dieron la tarea de pensar en su continente. En sus sistemas, su vida política, social, económica, en sus conflictos locales e incluso personales. La respuesta a esa propuesta fue una muestra colectiva de miradas diversas que se exhibe en la antigua Escuela Central y en el Salón del Pueblo de esta ciudad.
La exposición tiene un nombre sugerente: “Las venas de América”, que hace referencia a la obra del uruguayo Eduardo Galeano. Hoy, cinco décadas después de la publicación de “Las Venas abiertas de América Latina”, esos temas que le interesaron a Galeano (la publicó a sus 31 años) siguen siendo la preocupación de jóvenes artistas, como los que crearon el proyecto editorial Trans-América, tres chilenos que se inspiraron en un artista audiovisual de su país, Juan Downey, para plantear esta iniciativa que busca recorrer América con el arte.
“El fin último del proyecto Trans-América, es poner en diálogo a diversos artistas americanos, en una instancia donde poder reconocernos unos con otros y abrir diálogos transfronterizos”, explica Ricardo Lagos “Neto”, integrante de la editorial y curador principal de la muestra.
Bajo esa premisa, la primera muestra fue el año pasado en Chile, que se llamó Síntoma Geográfico. La idea era mostrar los síntomas que empezaban a ocurrir en América, cuenta Fernanda López, artista chilena, miembro del equipo. Poco después esos síntomas se sentirían en las calles de diferentes países latinoamericanos.
De ahí partió la idea de la segunda edición, en la que cada artista aporta una visión desde su territorio, con detalles muy particulares, pero que termina tocando lo común, aquello que es transversal en el continente, como la inconformidad con los sistemas.
Los artistas invitados tienen trayectoria en exposiciones en diferentes lugares del continente. Vienen de Argentina, Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, México y Perú.
Las obras son diversas. Hay mucha instalación, trabajo con textiles, collages, algo de pinturas, incluso un videojuego elaborado con los sonidos de las manifestaciones en Chile. También obras trabajadas con materiales encontrados aquí. La curatoría es el resultado de los viajes constantes que han hecho los integrantes de la editorial TransAmérica, a bienales, exposiciones, residencias en diferentes países del continente.
La misma Cuenca, que acoge esta exposición, fue parte de esos viajes. Los artistas de fuera la conocen por su Bienal de Arte Contemporáneo, que este año tendrá su 15 edición. “Cuenca está cruzada, dividida por cuatro ríos; asociamos eso al concepto de venas”, explica Lagos. Dice que encontraron en esta ciudad un sentido poético y así se convirtió en el espacio donde vienen a confluir todos los imaginarios americanos contemporáneos.
Fuente: El Mercurio