El país se caracteriza por su solidaridad en la crisis

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Ecuador revela nuevamente que la solidaridad puede más que una catástrofe. Lo hizo cuatro años atrás, luego del terremoto que azotó Manabí y Esmeraldas y lo demuestra hoy para asistir a los más afectados por el covid-19.

En estas adversidades, las personas y algunas instituciones desde sus espacios, buscan alternativas para ayudar al compatriota y ahora se impone el ingenio porque esta emergencia no es igual a la anterior.

Las universidades apoyan a sus internos rotativos con los implementos básicos de bioseguridad que deben llevar para sus tareas dentro de los hospitales. Además, generan investigaciones relacionadas con la pandemia que afronta el país, sobre todo en Guayaquil. Al momento brindan asesoramiento en telemedicina para que los usuarios puedan distinguir los síntomas respiratorios que presentan y no acudan a los nosocomios.

Las redes sociales han sido la palestra para conocer gratas iniciativas, como de costureras que elaboran mascarillas para ayudar al personal médico, o de ingenieros y estudiantes que aprovechan sus impresoras 3D para fabricar los visores que requieren los galenos y enfermeras para protegerse al atender a los enfermos.

Pero lo que más estremece son pequeñas acciones, como la de un taxista que decide no cobrarle la carrera a una doctora como reconocimiento a la tarea que desarrolla. También la de una ama de casa que está dispuesta a llevar a las personas de la tercera edad, o con alguna discapacidad, a una cita médica, retirar medicinas o hacer las compras por ellas.

Fuente: El Tiempo