El primer ministro Mark Rutte declaró este lunes 14 de diciembre del 2020 el cierre de guarderías, colegios e institutos, y de toda la actividad no esencial, lo que incluye comercios, gimnasios, prostíbulos y museos, hasta el 19 de enero, en el confinamientos más rígido aplicado en Países Bajos desde marzo. En un discurso a la nación, interrumpido por pitidos y gritos de fondo de una protesta convocada delante de su oficina contra las restricciones, Rutte confirmó que Países Bajos “estará confinada” de forma inmediata y durante cinco semanas, tras dispararse los contagios a unos 10 000 casos por día.
Dos meses después de cerrar bares y restaurantes, Rutte, que calificó las medidas de “severas” y “drásticas” pero “vitales”, ha pedido a los ciudadanos reducir sus salidas, confinarse, no viajar al extranjero y limitar el número de invitados a casa a un máximo de dos personas, límite que también se aplica en exteriores. La excepción a la norma será el 24, 25 y 26 de diciembre, cuando se podrá recibir a un máximo de tres visitas por día en casa, como en la actualidad, quedando excluidos del computo los niños de hasta 12 años.
La urgencia de las medidas se debe también al temor a que empeoren los datos de contagios con los vecinos alemanes cruzando la frontera en busca de tiendas abiertas para sus compras navideñas, dado que Alemania decretó el cierre de los comercios no esenciales durante las navidades. El Gobierno también pide no viajar al extranjero, a excepción de los viajes realmente necesarios, al menos hasta mediados de marzo.
En la pasada primavera, cuando se dieron una serie de “recomendaciones” como parte de lo que se llamó «confinamiento inteligente», las tiendas de productos no esenciales (ropa, zapatos, decoración, cosméticos…) no fueron obligadas a cerrar como ahora, que solo se permitirá abrir a supermercados, farmacias y gasolineras. Las profesiones que no sean de contacto médico y no permitan el teletrabajo tendrán que cesar hasta enero, lo que incluye peluqueros, masajistas o tatuadores.
Los colegios, institutos y universidades tendrán que pasar a las clases virtuales a partir del próximo miércoles, al menos hasta el fin de semana del 16 de enero, aunque la educación obligatoria empezará sus vacaciones navideñas el próximo viernes e interrumpirá las clases durante dos semanas. Los prostíbulos y barrios rojos, así como parques de atracciones, piscinas, bibliotecas, zoológicos, museos, teatros y cines, tendrán que cerrar hasta el 19 de enero, un fuerte golpe para el sector cultural, que ha tenido que abrir y cerrar de forma intermitente durante varios periodos desde marzo.
A excepción de los menores de 18 años y los deportistas de élite, que podrán seguir haciendo ejercicio al aire libre con sus compañeros de grupo y celebrando competiciones, solo estarán permitidos los deportes en exteriores (cierran los gimnasios) y con un máximo de dos personas a 1,5 metros de distancia. Estas medidas refuerzan las restricciones actuales, vigentes desde octubre como “confinamiento parcial”, que incluía una prohibición de atender clientes dentro del local a los bares y restaurantes -se permite el servicio a domicilio-, así como el uso de la mascarilla obligatorio desde el 1 de diciembre.
El discurso, algo inusual en un jefe de gobierno neerlandés (es el segundo este año, pero ambos son los primeros desde la crisis del petróleo en los setenta), tuvo lugar en la oficina del primer ministro en La Haya, con un simbólico libro de fondo sobre la tragedia del MH17, el avión malasio derribado en Ucrania en 2014 y que se cobró la vida de 298 personas, en su mayoría neerlandeses.
Fuente: Diario EL COMERCIO