Durante cerca de un año, la psicóloga Daniela Maldonado trató a delincuentes en recuperación de Cuenca a través de un centro de control de adicciones de la ciudad, sostiene que lo ocurrido en Turi responde en parte a la falta de una atención en salud mental de los internos.
Maldonado recuerda que uno de los pacientes que trató, en prelibertad por una pena de consumo de drogas, le comentó los traumas que se vivían en el centro carcelario por la necesidad de sobrevivir.
“Al interior de este tipo de centros hay situaciones en extremo traumáticas como violaciones, tortura, acoso, amenazas de muerte, a las que los presos se van habituando, lo que genera patrones psicológicos y psiquiátricos violentos” comenta.
Señala que hay factores que deben ser tratados por el personal del centro de privación de libertad como desórdenes de la personalidad, falta de empatía, síndrome de abstinencia, entre otros que agravan en este tipo de actos.
Según la profesional, los hechos registrados en los últimos días no solo envuelven a quienes participaron de la masacre, sino a toda la población carcelaria.
“Hay que tener en cuenta que hay un contagio de conductas criminales por la necesidad de sobrevivencia que va afectando a los demás internos, además de un fuerte estrés postraumático al vivir este tipo de escenas”, comenta.
Considera que en la cárcel de Turi debe mejorarse la atención psicológica tras este evento. “Quienes hoy están presos mañana pueden salir a las calles con graves afectaciones a su psique, estamos hablando de sociopatías, falta de empatía con los otros, que no les permiten desarrollar su personalidad y representan un peligro para su entorno”.
Fuente: El Mercurio