Sequía reduce al mayor lago de agua dulce de China a 28% de su tamaño

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El lago Poyang, el más grande de agua dulce en China y situado en el centro del país. Se encuentra a solo el 28% de su tamaño normal para esta época del año, debido a la peor sequía desde 1951. La laguna, situada en la provincia de Jiangxi (centro), medía a finales del mes de septiembre solo 638 kilómetros cuadrados (km2). Esto de los 2 252 kilómetros cuadrados de promedio histórico para el mismo período en otros años, informó la televisión estatal CCTV.

Los niveles del vasto cuerpo de agua alcanzaron una profundidad mínima de 7,1 metros el 23 de septiembre. Bajando desde los 19,49 metros tras tres meses de la estación de sequía más temprana desde que hay registros al respecto.
“El lago entró en la estación seca 100 días antes de lo previsto”, afirmó Li Yankuo, profesor de la Universidad de Jiangxi.

Las autoridades de Jiangxi emitieron una alerta roja por la disminución de los suministros de agua la semana pasada y lanzaron contramedidas, entre las que se incluyen liberar agua de los embalses para ayudar a los 4,8 millones de personas de la provincia afectadas por la sequía para mantener la producción agrícola.

Pero el secado del lago también afecta a los cientos de miles de aves migratorias que vuelan hasta el lugar para pasar el invierno. El lago Poyang y los humedales que lo rodean forman uno de los hábitats invernales más importantes del mundo para las aves acuá­ticas migratorias.

Los humedales se forman por la expansión y la compresión del lago causadas por las variaciones estacionales del nivel del agua, pasando de 3 000 km2 en temporada de lluvias hasta menos de 500 km2 en la de sequía. Los expertos aseguran que se debe aumentar la vigilancia en la zona para ver si las aves migratorias sufren escasez de alimentos.

Durante el verano, la sequía dejó estampas como gente en Chong­qing (centro) cruzando en moto el normalmente caudaloso río Jialing, cuyo lecho quedó expuesto ante el descenso del nivel del agua, o el descubrimiento de esculturas budistas de 600 años de antigüedad hasta ahora cubiertas por el agua, en esa misma ciudad.

Las altas temperaturas registradas también ocasionaron que provincias dependientes de la energía hidroeléctrica, como Sichuan, restringieran su uso a algunas industrias y que el Gobierno central alertara de “grave amenaza” para la cosecha de otoño.

El meteorólogo local Chen Lijuan explicó que los períodos de intenso calor, que empiezan “cada vez más pronto y acaban más tarde”, podrían convertirse en la “nueva normalidad” bajo “el efecto del cambio climático”.

De hecho, la sequía y el calor extremo lastraron recientemente también los niveles de agua del río Yangtsé, el más largo del país -tercero del mundo-, que provee recursos para un tercio de la población y es crucial para la economía y la cadena de suministros global.

La situación no solo dificulta la dinamización de la economía china, sino que también aumenta la presión sobre la economía global, afectada por la sequía y altas temperaturas en varios continentes, los disparados precios de la energía y el aumento del costo de vida tras la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) capacitó a nueve países de Latinoamérica para que puedan anticiparse a posibles amenazas climáticas, como inundaciones y sequías.

Las naciones que vienen trabajando este tema con la FAO son Bolivia, Colombia, Venezuela, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Paraguay, Nicaragua y la anfitriona, Guatemala. Las acciones buscan proteger a los pequeños productores.

Fuente: El Comercio