La ONU insta a los generales enfrentados en Sudán a que detengan las hostilidades

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El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, exhortó este lunes a los generales Abdelfatá al Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo —respectivamente a la cabeza del ejército de Sudán y de la poderosa milicia Fuerzas de Apoyo Rápido— a que detengan los encarnizados combates que enfrentan a sus miembros, para evitar que la situación degenere en un conflicto civil más generalizado. Guterres condenó también esas hostilidades, que

17/que-esta-pasando-en-sudan-el-conflicto-en-10-claves.html» target=»_blank» data-link-track-dtm=»»>este lunes continuaron por tercer día consecutivo en la capital, Jartum, y otros puntos del país, sin que los redoblados esfuerzos de la comunidad internacional por ponerles fin hayan surtido efecto. El jefe de la misión de Naciones Unidas en Sudán, Volker Perthes, elevó a última hora de la tarde de este lunes la cifra de muertos a 185 y los heridos a más de 1.800, mientras el último recuento de un comité de médicos local calculaba en 97 los civiles fallecidos y los heridos en más de un millar. Este comité ha registrado también la muerte de 45 militares.

“La situación ya ha causado terribles pérdidas de vidas humanas, entre ellas las de muchos civiles. Cualquier nueva escalada podría ser devastadora para el país y la región”, declaró Guterres desde Nueva York, desde donde instó “a todos los que tienen influencia sobre la situación a que la utilicen en favor de la causa de la paz”.

Sobre el terreno, los dos bandos enfrentados mostraron el lunes pocos indicios de querer detener los combates. Las Fuerzas Armadas de Sudán declararon por la mañana que los choques se concentran en el centro de Jartum y en torno a la Comandancia General y el aeropuerto internacional, donde imágenes de satélite muestran que se han producido fuegos en las últimas 24 horas. El ejército también ha seguido bombardeando bases de las Fuerzas de Apoyo Rápido en la capital. Y ha asegurado que los paramilitares están tratando de desplazar los choques a zonas pobladas del interior de la ciudad.

“Hay combates desde por la mañana, y los aviones vuelan por el aire. No sabemos quién está ganando o quién está siendo derrotado. La radio y la televisión nacional no funcionan”, explica un abogado desde Jartum que prefiere que no se publique su nombre.

El embajador de la Unión Europea en Sudán, Aidan O’Hara, sufrió una agresión en su propia residencia oficial en Jartum, en teoría protegida por su estatus diplomático, según denunció en un tuit el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, que no ofreció más detalles. Borrell describió ese asalto como una “violación flagrante de la Convención de Viena”. La portavoz del servicio diplomático de la UE, Nabila Massrali, precisó luego a la agencia France Presse que el embajador se encontraba “bien” y que la delegación de Bruselas en Jartum no había sido evacuada.

A few hours ago, the EU Ambassador in #Sudan was assaulted in his own residency.

This constitues a gross violation of the Vienna Convention. Security of diplomatic premises and staff is a primary responsibility of Sudanese authorities and an obligation under international law.

El Ministerio de Asuntos Exteriores del país, alineado con el ejército, informó el lunes de que el comandante de las Fuerzas Armadas, Abdelfatá al Burhan, ha emitido una orden para declarar como grupo rebelde y disolver las Fuerzas de Apoyo Rápido, legalizadas en 2017. En declaraciones a la cadena Sky News, el general aseguró que se encuentra dentro del complejo que alberga el Ministerio de Defensa, en Jartum, y afirmó que no descarta negociar, pero que por ahora su objetivo sigue siendo derrotar a las fuerzas paramilitares.

Las Fuerzas de Apoyo Rápido, por su parte, continuaban hablando el lunes de “victorias arrolladoras”, pero la situación sobre el terreno y el control de puntos estratégicos siguen sin ser claros. El grupo paramilitar, a través de un comunicado y de su comandante Mohamed Hamdan Dagalo, cuyo paradero se desconoce, describieron a la plana mayor del ejército como “islamistas radicales” que quieren “mantener a Sudán aislado”.

Desde el inicio de los enfrentamientos, el sábado, Naciones Unidas ha contabilizado las muertes de al menos 185 personas, en un recuento que no distingue entre civiles y combatientes fallecidos. Esta cifra, según los cálculos de un comité de médicos independiente, incluye al menos a 97 civiles. Los muertos se han concentrado en la capital, Jartum, pero también se han documentado en otras regiones del país.

Una de las principales preocupaciones es que los enfrentamientos que hasta ahora se han concentrado en Jartum se desplacen y se recrudezcan en regiones periféricas como Darfur, en el oeste, donde ya se han registrado choques. En algunas de estas zonas se encuentran los feudos de grupos armados que hasta ahora se han mantenido al margen de los combates pero que se teme que su prolongación y expansión pueda acabar arrastrándolos.

“Hay enfrentamientos entre el ejército y [las Fuerzas de Apoyo Rápido] en la ciudad de Nyala [capital de Darfur del Sur], y los desplazados en los campamentos y los ciudadanos en todas las ciudades de Darfur viven en un estado de pánico y miedo”, asegura desde esa zona Adam Rojal, un portavoz de los desplazados internos en Darfur.

Los combates en el país son parte de una larga lucha entre Al Burhan y Dagalo por el poder en Sudán, que se ha visto sumido en una situación de gran inestabilidad desde que en octubre de 2021 ambos generales, ahora enfrentados, ejecutaron un golpe de Estado que acabó con la transición democrática iniciada en 2019, tras el derrocamiento del dictador Omar al Bashir.

Fuente: País