Richard Carapaz ya es un inmortal del deporte nacional. El carchense alcanzó en el Giro de Italia 2019 el estatus de leyenda que solo se consigue con éxitos inéditos, con la obtención de logros de calibre mundial, con actuaciones memorables que erizan la piel y llenan de orgullo, con la consecución de hazañas que estremecen al país y que vuelcan -de manera absoluta- la atención de los ecuatorianos en una competencia que consagra para siempre a un vencedor. A la eternidad deportiva llegó así Carapaz.
En las páginas más brillantes de nuestro deporte el nombre de Carapaz encontró su lugar y ahí estará de manera permanente. Se metió en ellas luego de recorrer montañas italianas, bajo lluvia, envalentonándose en descensos peligrosos, pedaleando más de 90 horas y cubriendo más de 3.000 kilómetros con esfuerzo sobrehumano. “Los verdaderos superhéroes son los ciclistas”, escribió la semana pasada el diario Mundo Deportivo, de Barcelona, para ejemplificar la magnitud de la proeza de Carapaz.
La heroica ‘Locomotora de Carchi’ es un gigante para el deporte de Ecuador como Jefferson Pérez (triple campeón mundial de marcha y medallista de oro y de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Pekín 2008, respectivamente), como Pancho Segura Cano (triple campeón mundial de tenis y miembro del Salón de la Fama del Tenis Mundial desde 1984), como Jorge Delgado Guzmán (finalista olímpico en 1972 y dueño de un récord del mundo), Andrés Gómez (campeón de Roland Garros en dobles y en singles) y Alberto Spencer (bicampeón mundial con Peñarol y goleador eterno de la Copa Libertadores).
Carapaz y su épico pedaleo son un capítulo histórico y maravilloso del deporte ecuatoriano y su repercusión mundial se verifica al ser vencedor de dos etapas del Giro de Italia 2019 (y una en el 2018), ocho veces seguidas vistió la emblemática ‘maglia’ rosa y terminó como líder general de una de las vueltas más tradicionales y representativas del planeta. El carchense es apenas el segundo ciclista de América en ser campeón del Giro en 102 ediciones (antes lo fue el colombiano Nairo Quintana, en el 2014).
Y como si no bastara también es eterno el nombre de Richard Carapaz en la lista de triunfadores del Giro. El apellido del ecuatoriano aparece ya junto al de celebridades sagradas del ciclismo de todos los tiempos como el italiano Fausto Coppi, el belga Eddy Merckx, los franceses Bernard Hinault y Laurent Fignon y el español Miguel Indurain. Carapaz es un gigante entre gigantes.
El 2 de junio es una fecha imborrable en la historia del deporte de Ecuador, es desde ya el día del ciclismo nacional. Es la fecha en que Richard Carapaz se convirtió, con un desempeño sobrehumano, en una de las más grandes figuras deportivas del país y se confirmó como un pedalista sensacional que tiene ahora un puesto entre los ciclistas de élite mundial.
El país, que ha madrugado durante tres semanas para verlo en acción, que ha vibrado con una hazaña que ha disparado la autoestima y el orgullo de saberse ecuatoriano, emocionado dice, a todo pulmón y con alguna lágrima tras la inolvidable, estremecedora y valiente contrarreloj en Verona: ¡Brillante, Carapaz! ¡Grande, Richard! ¡Gracias eternas, ‘Locomotora de Carchi’! (D)
