El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que someterá a un método de tortura utilizado durante la dictadura en su país (1964-1985) a los ministros de su gobierno que estén involucrados en casos de corrupción.
«Es posible que haya corrupción en mi gobierno, puede ser que exista y yo no lo sepa, pero si descubro que hay corrupción, pongo en el ‘pau de arara’ al ministro. Si tiene responsabilidad, obviamente, porque, a veces, al final de la línea, hay un asesor haciendo tonterías sin que lo sepamos. Es nuestra obligación y deber», señaló el mandatario el jueves, durante un acto oficial en Palma, capital del estado de Tocantins, en el centro-norte del país.
El ‘pau de arara’, que en español significa «palo de guacamayo», fue una modalidad de tortura ampliamente usada en todas las instalaciones militares y policiales, donde la víctima se colgaba boca abajo, atada por las muñecas y los tobillos, con un trozo de madera para sostener el peso del cuerpo, explica un archivo de la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) que investigó los crímenes cometidos durante este período en Brasil.
Bolsonaro ofreció este discurso, luego que el pasado domingo una encuesta de Datafolha, citada por la revista Forum, señalara que aumentó de 44 a 50 % la desconfianza al Gobierno de Brasil en relación a la lucha contra la corrupción.
Un admirador de la dictadura
El mandatario ha demostrado públicamente ser una admirador de la dictadura militar en Brasil. En marzo pasado desató una polémica cuando pidió que se celebraran actos para conmemorar el 55 aniversario del golpe militar de 1964, que dio paso a ese período dictatorial en el país suramericano. Aunque luego se retracto.
Sin embargo, ha hecho otras acciones. En abril, por decreto, canceló las tareas de identificación de restos de desaparecidos durante la dictadura, acciones que llevaba adelante el Grupo de Trabajo Perus en el cementerio homónimo, situado en la zona oeste de Sao Paulo. En julio, durante un discurso, calificó de «mentira» los documentos de la CNV sobre los crímenes cometidos por el Estado entre 1964 y 1985. Mientras, en agosto, llamó «héroe nacional» al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los torturadores del proceso dictatorial.
Además, a finales de noviembre, el ministro brasileño de Economía, Paulo Guedes, hizo alusión a invocar el decreto que durante la dictadura militar suspendió las garantías constitucionales en caso de que radicalicen las protestas callejeras en el país.
Antes, Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, amenazó con implantar medidas dictatoriales si la «izquierda se radicaliza» en Brasil.
Fuente: RT