Por cuarto año consecutivo, este barrio es el ganador del tradicional concurso de años viejos. Esta vez reflejó las protestas indígenas de octubre e impactó al jurado porque los muñecos se movían.
La música sonaba a todo volumen, los fuegos artificiales explotaban, el público bailaba y otros tantos detallaban los monigotes, que no eran simples muñecos… parecía que tenían vida, pues los artesanos y vecinos de El Vergel se encargaron de que fueran dinámicos.
A más de este ambiente festivo, los anfitriones de la fiesta de fin de año de este barrio se encargaron de contar la historia de su creación a todos los que llegaban a observar los monigotes. Recrearon al primer mandatario Lenín Moreno y a políticos influyentes, pero también al pueblo, a los indígenas, a los estudiantes y a ‘Firulais’, el perro que deambuló por el Centro Histórico durante las manifestaciones.
Cuando llegaron las nueve personas que conformaban el jurado calificador, miembros del Amistad Club, de la Unión de Periodistas del Azuay, de la Casa de la Cultura y del Municipio, no podían entrar con facilidad. Había una multitud y la mayor sorpresa fue encontrar al prefecto Yaku Pérez entre los monigotes, disfrutando de la fiesta.
Los monigotes fueron armados en la plazoleta de El Vergel, donde se ha hecho durante los últimos cuatro años en los que ha resultado ganador el mismo barrio.
Para el presidente del Amistad Club, Luis Chiriboga, este barrio tiene la ventaja de que ahí todavía hay artesanos que llevan en sus venas la forja, la pintura, la cocina “y el arte en sí mismo y, a más de la unión entre ellos, esto les facilita que haga obras de arte que son expuestas el último día de cada año para ser quemadas a medianoche”.
El jurado tomó en cuenta la temática, que fue sin duda una de los eventos que marcó el año a nivel nacional. Pero también evaluaron la iluminación, el material reciclado con el que hicieron los años viejos, la acogida del público y la propuesta creativa que tuvieron al hacer que los monigotes se movieran.
Segundo Gallegos, un vecino del sector, comentó que trabajaron durante dos meses para lograr hacer los monigotes. El trabajo artístico del barrio se llamó ‘Ocho ocho tres’, en relación con el artículo de Ley derogado en octubre pasado.
El premio que les entregará Amistad Club y la Unión de Periodista del Azuay es de 3.000 dólares.
Segundo lugar
El segundo premio, que es de 2.000 dólares, se lo llevó la Ciudadela Tomebamba. El tema fue ‘Lo que la tecnología se llevó’ y los monigotes mostraban a familias en una misma mesa, pero cada uno sumergido en su celular, en su mundo.
Entre las reflexiones que hicieron los vecinos durante la noche fue que la tecnología puede acercar a quienes están lejos, pero alejar a quienes están cerca físicamente y fue una crítica de mal uso que algunos hacen de las redes sociales. También había una escena de cómo era antes la vida familiar.
El tercer lugar fue para el Barrio Central, que se llevó 1.500 dólares, y cuyo tema fue ‘Lo bueno, lo malo y lo feo del 2019’.
Los vecinos se encargaron de contar a través de los monigotes, lo que ellos consideraron que marcó al país durante el año; entre sus creaciones estuvo Richard Carapaz que se ganó la Maglia Rosa en el Giro de Italia este año.
El cuarto lugar fue para el barrio El Vado, cuyo tema fue ‘Sigue cavando tu tumba minero’, como una crítica en sátira de la explotación minera en el país. Este barrio ganó 1.000 dólares por este trabajo.
De quinto lugar quedó la familia Cevallos-Muñoz que ganó 1.000 dólares por los monigotes con la temática de ‘El Rey León’ y el barrio San Francisco obtuvo el sexto lugar por el tema ‘Los titanes del ring’.
Fue así como el jurado calificador y los payasos de Amistad Club, disfrazados de Guasón, que pasaron unos minutos disfrutando de cada trabajo artístico.
Aunque el barrio Gran Cove no obtuvo ningún lugar dentro de los premiados, recibió un felicitación especial por su trabajo ‘Despenalización del aborto’.
Este concurso arribó ya a sus 40 ediciones y para los barrios este es el motivo de unión y de fiesta.
Fuente: El Tiempo
