Un presunto intento de homicidio en el Centro de Rehabilitación Social obligó a ejecutar un operativo que logró la incautación de objetos ilícitos. Se desconoce cómo ingresaron.
Una riña en el interior del Pabellón ‘Esperanza’ del Centro de Rehabilitación Social, CRS – Turi, obligó a la Policía a ejecutar una requisa total donde hallaron decenas de objetos prohibidos.
Antes del operativo, un privado de la libertad se salvó de morir en manos de otros reclusos en un “aparente ajuste de cuentas”, según señaló el jefe de la Policía en la cárcel de Turi, Diego Cobo.
Según su relato, el privado de la libertad corría por los corredores alertando a los guardias de un intento de asesinato.
Los uniformados lo pusieron a buen recaudo y escucharon de su versión que lo perseguían para matarlo. Tras una revisión de sus pertenencias, observaron que tenía en su poder “un cuchillo de 30 centímetros de largo”.
Cobo maneja la hipótesis del intento de homicidio debido a que el sujeto, trasladado desde la cárcel de Latacunga, fue acusado de un asesinato en el interior del centro de rehabilitación de Cotopaxi.
Requisa
La alerta del privado de la libertad motivó un control de objetos prohibidos ejecutado por agentes de la Dirección General de Inteligencia, DGI; de la Unidad de Inteligencia Penitenciaria, de Contingencia Penitenciaria y personal de Seguridad Penitenciaria.
Los efectivos encontraron, entre otros: 12 teléfonos móviles, 25 objetos cortopunzantes, 300 litros de licor artesanal, una planta de marihuana, cinco baterías de celular, cinco cargadores, 40 objetos contundentes, seis pipas, seis tijeras, 10 audífonos, un candado y 30 llaves.
Las autoridades no explicaron cómo estos objetos ingresaron al CRS, aunque según Cobo, podría ser durante las visitas íntimas, a través de los denominados ‘bombazos’, que consiste en lanzar los objetos prohibidos desde el exterior del CRS, y otras formas.
Por el momento, adoptarán nuevas medidas de seguridad en garitas y exteriores del centro, señaló Cobo.
En cuanto a los objetos cortopunzantes, el uniformado explicó que los privados de libertad rompen lámparas y otros bienes para obtenerlos y “defenderse de los demás reclusos”, tal como lo había manifestado el privado de la libertad que era perseguido.
Fuente: El Tiempo