La Mafiandina es un proyecto musical que surge desde la fusión del rap y los ritmos andinos con la finalidad de conservar y fortalecer la cultura kichwa. ‘Amarumi’ fue su primer trabajo audiovisual.
Con el español y el kichwa como idiomas de combate, surgió La Mafiandina hace tres años. Este proyecto musical de Taki Amaru y Dj Mic, fusiona el rap y los ritmos andinos en canciones que expresan la cosmovisión andina, el empoderamiento de la mujer y la lucha contra la violencia de género.
Taki nació en Bogotá y a los 14 años se mudó a Ecuador donde descubrió Imbabura, tierra de montañas y lagos y donde bailó su primer Inti Raymi que la conectó con los Andes y su sabiduría.
Así se encontró con el kichwa y con todo lo que la lengua conlleva como una visión política, histórica, identitaria, medicinal. Decidió entonces aprender el idioma porque no se atrevía a empoderarse del proyecto sin antes aprender el kichwa y sentirse kichwa.
“Me enamoré del baile que me llevó a descubrir que tenía que estar acá, pero quería entender qué era lo que decían, porqué se bailaba en círculos”, explica Taki, quien se preguntaba si esto era posible para una mestiza con anhelo de reencontrarse con sus células guerreras.
El tiempo ha contestado su pregunta después de un camino en el que no faltaron las críticas de quienes la acusaron de apropiación cultural. Ahora vive en la comunidad Morales Chupa en Imbabura, con un nombre nuevo, portando la vestimenta y las tradiciones de la cultura kichwa otavalo, con la que se identifica.
Atrás dejó su antiguo nombre de Lucía y pasó a ser Taki Amaru, ‘la fuerza de la tierra’. “Es simbólico llamarme Amaru porque veo mi transformación y cómo me he empoderado y cómo puedo empoderar a las mujeres”, asegura.
Temas
En sus canciones habla de reconectar con esa serpiente que para las culturas milenarias siempre ha estado presente como el símbolo de la energía, de lo sagrado, de lo femenino pero que ha sido oprimida por los occidentales.
Inspirada en esta filosofía, Taki escribió ‘Warmi Hatari’ (Mujer levántate), que formó parte de la campaña Mujeres sin violencia: ¡Así gana Ecuador!, impulsada por la Cooperación Alemana e implementada por la agencia de cooperación Giz.
Reivindicar el papel de la mujer en la sociedad y en el arte son las premisas que se integran en la canción ‘Warmi Hatari’.
El primer trabajo audiovisual de la Mafiandina, es ‘Amarumi’, que muestra un rito de purificación en una cascada, el cambio de Taki a las prendas ancestrales, la serpiente y un preparado de chicha en una ceremonia que invita a las mujeres a comprenderse a sí mismas y regocijarse en su feminidad.
Este esfuerzo nace de “la necesidad de volver a empoderar a todo el mundo con la energía de la serpiente”, dice.
José Micrófono, o Dj Mic, quien es el Dj, productor ejecutivo del disco y manager, señala que en el rap de la Mafiandina una de las herramientas más importanes es el kichwa que ofrece una musicalidad que le permite a Taki encontrar su ‘flow’ y su forma de rapear en kichwa.
El propósito de la agrupación es despertar en los jóvenes y las nuevas generaciones de warmis el gusto por el kichwa y enseñar la riqueza de la filosofía runa.
Desafío
Para Dj Mic el desafío más grande de la Mafiandina es guardar el kichwa como idioma principal. “Es una dificultad, pero creemos que es un buen momento para que la gente joven sea abierta a estas propuestas”.
Para Taki Amaru la cultura kichwa guarda lo femenino y lo masculino que son dos fuerzas distintas pero complementarias, necesarias para alcanzar un equilibrio y que están presentes en cada ser que existe en la naturaleza.
Ella busca “que las mujeres reconozcan su feminidad y su masculinidad dentro de sí mismas, pero también que los hombres encuentren su feminidad y su masculinidad”.
Fuente: El Tiempo