Empleo de jóvenes es el más afectado en pandemia, ‘suelen ser los primeros en ser despedidos’, según la Organización Internacional del Trabajo

0
777

Antes de la pandemia, a diciembre del 2019, por cada 100 jóvenes de entre 18 y 29 años 57 estaban trabajando, 6 desocupados y 37 inactivos. En Ecuador hay alrededor de 3 millones de jóvenes, el 25 % de la población en edad de trabajar.

Son datos que muestra la Organización Internacional de Trabajo (OIT) al analizar la situación de los jóvenes en empleo y protección social en Ecuador y donde indica que dentro de los que tenían trabajo, solo el 31 % de los hombres y el 34,7 % de las mujeres estaban afiliados a la seguridad social. “Se trata de niveles de protección social muy inferiores a los correspondientes a la población adulta”.

Bajo portales del centro de Guayaquil, decenas de jóvenes se aglomeraban para dejar sus hojas de vida en busca de empleo. Archivo

Este panorama se ve aún más agravado en el contexto de la pandemia, pues las recesiones afectan más a los jóvenes que a los trabajadores de mayor edad y experiencia, “y suelen ser los primeros en ser despedidos o en ver un recorte de sus horas de trabajo”. Y se desempeñan principalmente en algunas de las industrias más afectadas por el COVID-19: comercio, hotelería y servicios de comidas.

Efectivamente, de las 240 000 desafiliaciones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ocurridas en los tres primeros meses de la pandemia, el 39,10 % son jóvenes entre 21 y 30 años de edad.

La situación de los jóvenes, y en especial de las mujeres, en materia de empleo y protección social “revestía una gran gravedad aun antes de la crisis actual. En Ecuador, solo cuatro de cada diez trabajadores venían cotizando a la seguridad social, y para el caso de los jóvenes, la cobertura alcanza tan solo al 21 % de los trabajadores de entre 18 y 29 años”, indica el estudio presentado esta semana.

La OIT lamenta que la crisis “sorprenda a Ecuador, así como a muchos otros países de la región, a mitad de camino en diferentes políticas de reforma que intentaban mejorar la cobertura de la protección social”.

Considera que los que estaban esperando una oportunidad para ingresar al mercado de trabajo difícilmente la tengan durante la emergencia. En el caso de aquellos que teniendo empleos o pudiendo obtenerlos están limitados por las políticas de aislamiento, la OIT considera importante evaluar con cuidado medidas de flexibilización apoyadas por testeos más amplios, que permitan a este grupo de la población, que es de menor riesgo, volver lo antes posible a sus puestos de trabajo y lograr así recuperar sus ingresos.

Según estimaciones de la OIT, la realización de pruebas de detección y el rastreo de contactos guarda relación con una disminución de hasta el 50 % de la cantidad de horas de trabajo perdidas.

Fuente: El Universo