Con un plantón, familiares de Mercy Morocho, de 32 años, quien apareció muerta con sus gemelos en el departamento que rentaba de la ciudadela Barzallo, en el norte de Cuenca, exigen justicia. Ellos no creen que la madre envenenó a sus hijos y que luego se suicidó. Este hecho ocurrió el miércoles 30 de diciembre del 2020.
Según la versión que dio su pareja a la Policía, a eso de las 05:30 despertó y al no encontrar a Mercy en la cama fue hasta la sala y la halló colgada del cuello con una bufanda. Según él, cortó la tela y la bajó para reanimarla, pero ya no tenía signos vitales. Sus bebés gemelos –de tres meses de edad- estaban en un mueble, también sin vida.
En ese momento llamó a la central de Emergencia 911 y a los familiares. La autopsia reveló que los hijos (niña y niño) murieron envenenados, «pero no conocemos qué tipo de sustancia y cómo les administraron», dijo Ximena, hermana de la víctima.
La madre murió por ahorcamiento, según el informe forense. La pareja era oriunda del cantón azuayo de Nabón. Ambos llevaban cuatro años juntos. Hace tres años tuvieron el primer hijo, Gabriel, quien un día antes de la tragedia fue llevado a la casa de los abuelos paternos, en la ciudad natal de sus padres. Él era empleado en un centro comercial y ella estaba desempleada. La familia Morocho tiene varios argumentos para descartar un suicidio.
En la escena de las muertes no se encontró el veneno, hace más de un mes el hombre intentó suicidarse y en el hospital Vicente Corral Moscoso le salvaron la vida con un lavado de estómago. A esto se suma que en febrero, Ana Maribel V., de 28 años, también pareja del sospechoso y quien laboraba en el mismo centro comercial, apareció muerta. La hallaron suspendida de la puerta del departamento que rentaba, en el sector de Los Eucaliptos.
Estaba a días de dar a luz. La autopsia determinó un suicidio. Pero la familia de Ana Maribel tampoco creyó ese desenlace. Carmen contó que su hija estaba contenta con su embarazo y tenía comprada la ropa para el nacimiento del bebé. Por eso, pidió a la Fiscalía que se investigue el caso, pero fue archivado. Otro cuestionamiento que tiene la familia Morocho es ¿cómo el hombre estando en casa no escuchó el llanto de los niños o algún ruido extraño en la madrugada?
El departamento que rentaban colinda con otros vecinos que tampoco escucharon nada. “Mi hermana no tenía temperamento suicida, pese a que la relación con su pareja era conflictiva”, contó Ximena. “Él la maltrataba, tenían constantes discusiones, le engañaba, un tiempo se separaron y desde que regresaron la amenazaba con suicidarse, si le volvía a dejar”. Ella vivía contenta con sus gemelos, comenta Ximena mientras muestra algunos mensajes y fotos que guarda en su celular.
“Ahora esperamos que la justicia haga su trabajo”. Tras las muertes, el hombre estuvo detenido varias horas para investigaciones y luego fue liberado. La Fiscalía sigue investigando este caso.
Fuente: Diario EL COMERCIO