La labor de los bibliotecarios se extendió hacia la educación

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Antes de que se declarase la emergencia sanitaria, si bien las bibliotecas de Cuenca funcionaban como un espacio que buscaba complementarse con la educación tradicional, con la pandemia encima hubo la necesidad imperiosa no solo de buscar, sino de hacer para remediar de alguna manera la problemática en la que se inmiscuyeron miles de familia: la falta de conectividad.

Sin internet y equipos electrónicos, principalmente en las áreas rurales, la educación se convirtió en una utopía porque los estudiantes se quedaron fuera de un sistema que, casi tras un año de pandemia, no ha logrado solventar las necesidades de los niños y adolescentes.

Ante esa realidad, la Red de Bibliotecas Municipales de Cuenca coordinó con sus bibliotecarios para que colaboren con la enseñanza de los niños que no cuentan ni con la conexión a las plataformas virtuales ni con un equipo.

“Lo que hicimos cuando hubo la cuarentena fue convertir a las bibliotecas en centros de operación para que, de alguna manera, podamos solventar las necesidades que tienen los estudiantes”, explicó José Corral, coordinador de la Red de Bibliotecas Municipales.

Las bibliotecas del cantón cuentan con impresoras e internet. Y a partir de ellos se empezó con las colaboraciones que fueron lideradas por los bibliotecarios del Municipio. No obstante, el trabajo fue más allá: gran parte del personal extendió sus labores para ayudar a los estudiantes.

Coordinación 

Patricia Morocho es un ejemplo dentro de los bibliotecarios, que el próximo 21 de febrero celebrarán su día. Patricia es bibliotecaria de Cumbe. Ella, además de imprimir y guiarles en el uso de las plataformas digitales, ha coordinado con las instituciones educativas de su comunidad.

Los profesores envían las fichas pedagógicas y las tareas a Patricia, y la bibliotecaria las imprime y las entrega a las madres y padres de familia, y les explica qué hay que hacer. Sin embargo, eso no es todo: hay decenas de estudiantes que viven fueron del centro de Cumbe, por lo que ella mismo ha visitado los distintos sectores para entregarles los trabajos que deben hacer.

“Hay una buena coordinación acá, y eso es admirable porque podemos trabajar para ayudar. Con los profesores nos hemos organizado en horarios porque no todos tienen internet y no todos tienen un celular o computadora. Hay familias que tienen hasta cuatro hijos y todos deben compartir el equipo”, explicó Patricia a diario El Mercurio.

A pesar de que el virus sigue presente, Patricia ha visto la necesidad de abrir la biblioteca de Cumbe, en donde los lunes, miércoles y viernes los estudiantes usan las computadoras y la impresora para seguir con sus clases.

Acercar las bibliotecas

Para Guillermo Gomezjurado, un asiduo usuario de las bibliotecas de Cuenca, la emergencia sanitaria puede ser aprovechada para generar acercamientos hacia los niños y trabajar con ellos a través de los libros, además de ser los centros que los ayudan en sus estudios.

En primera instancia, Gomezjurado propone que las bibliotecas deben acercarse a los hogares mediante las tecnologías y aprovechar a los niños que cuentan con internet y un equipo electrónico para conectarse.

Si bien en el cantón ha habido ese tipo de acercamientos a través de los eventos y mediaciones lectoras virtuales, para Gomezjurado es necesario crear un acompañamiento en la lectura, lo cual puede transformar a los infantes y adolescentes en lectores.

“Luego de la pandemia, las bibliotecas tiene que repensarse para aprovechar el espacio para lectura en los barrios, en los que pueden participar los niños y adultos mayores. La idea sería crear una comunidad de lectores. No solo hacer eventos puntuales sino pensar a largo plazo”, dijo Gomezjurado.

Reconocimiento

La Casa de la Cultura Núcleo del Azuay entregará dos reconocimientos: por un lado, la Asociación de Bibliotecarios del Azuay recibirá un acuerdo por su trabajo realizado, y por el otro recibirá el reconocimiento la familia de Paúl Solano, quien fue un destacado bibliotecario y director de la biblioteca de la Casa de la Cultura.

La entrega se llevará a cabo esta noche, a las 19:00, en el marco de la presentación del libro nueve de la colección Imaginarios, que precisamente recoge 23 ensayos que reflexionan sobre las bibliotecas y sus transiciones y sus perspectivas.

La obra, cuyos textos fueron recogidos por Rafael Montenegro, actual bibliotecario del Núcleo del Azuay, es también un homenaje a Solano. El libro será entregado a quienes asistan a la presentación. Habrá una edición digital que estará disponible una vez sea habilitado el enlace de descarga que será publicado en el Facebook de la Casa de la Cultura.

Por otro lado, asimismo, la Red de Bibliotecas Municipales reconocerá la labor de sus bibliotecarios esta tarde, a las 15:00. El evento se desarrollará en la Casa de las Posadas.

Fuente: El Mercurio