Verónica Abad advierte a Daniel Noboa acerca de presuntos intereses del correísmo: espera que «pueda recapacitar»

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La vicepresidenta de la República, Verónica Abad, se refirió nuevamente al distanciamiento que tiene con el presidente Daniel Noboa, a la misión que deberá cumplir en Israel para no ser destituida del cargo y al revés que el Gobierno pudiera sufrir por el pacto con el correísmo.

En torno al acuerdo alcanzado por el oficialismo con el movimiento correísta Revolución Ciudadana y el Partido Social Cristiano (PSC) para conformar la mesa directiva de la Asamblea Nacional, Abad señaló que en campaña electoral se hizo una propuesta distinta al pueblo ecuatoriano; sin embargo, «el correísmo vuelve a tener espacios», dijo en una entrevista con Teleamazonas.

Asimismo, cuestionó que las mesas más importantes del Legislativo, como la de Justicia y Fiscalización, estén en manos del correísmo, y que no sepa con claridad el objetivo del pacto político.

Abad recordó que aquella fuerza política desencadenó que el gobierno de Guillermo Lasso terminara antes de que culmine su periodo debido a la aplicación de la «muerte cruzada».

Por lo que advirtió a Noboa que pueda ocurrir algo similar, en alusión a un posible derrocamiento y una agenda de impunidad.

«Como se están dando las cosas y los primeros hechos en la Asamblea apuntan al regreso de (Rafael) Correa«, dijo Abad.

Sin embargo, la vicepresidenta manifestó que tiene la esperanza de que el primer mandatario «pueda recapacitar«.

Durante la campaña electoral se evidenció un distanciamiento, que se profundizó aun más tras el triunfo del binomio y el encargo de la misión en Israel, pues en su opinión, Noboa, la quiere «lejos».

«Señor presidente, pido una vez más, delante de todo el pueblo ecuatoriano, que se siente conmigo y conversemos como dos políticos responsables por el bien de nuestro maravilloso país», dijo ayer Abad, en una rueda de prensa.

No obstante, Abad aceptó este martes la designación para instalarse en Tel Aviv y colaborar por la paz entre Israel y Palestina, porque no tiene otra opción.

La vicepresidente también reconoció que la otra salida es renunciar o que se le destituya por abandono de cargo, pero ha enfatizado que se mantendrá: «no voy a dejar el poder en las manos de aquellos que el pueblo ecuatoriano dijo no».

«La decisión de enviarme a un país donde tengo que abogar por la paz cuando mi país está sangrando es complicada», cuestionó Abad, al señalar que Ecuador también tiene problemas urgentes como el empleo y la seguridad. «Aquí estamos viviendo extrema violencia y narcotráfico», resaltó.

​​​​Fuente: Vistazo