A jugar diferente

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No es otro partido de fútbol el que se juega esta noche, no; se trata de 90 minutos por los que se luchó toda una temporada. No solo es representar a un país, no; va más allá de las expectativas y las metas: es por una hinchada, por una ciudad, por creer en ellos, en sus cualidades y en sus razones de estar en una institución que, más allá de las adversidades económicas e institucionales, es ídolo, sentimiento y grandeza, que varios lo ignoran y otros muchos lo valoran. Es el Deportivo Cuenca señores y los jugadores, únicos protagonistas de historias alegres y tristes, son quienes pueden blindar a sus hinchas de la tristeza de una derrota y de dibujar una sonrisa que signifique triunfo.

Pero esta noche se necesitará mucho más que buenas intenciones: se requerirá carácter, disciplina táctica, concentración, seguridad y solidaridad que es lo que no hemos visto en los últimos dos partidos del ‘Expreso’. Se necesita jugar diferente, se requiere contar con la precisión como un aliado, a la contundencia como consecuencia de una buena producción futbolística y a la seguridad como la base de un equipo sólido.

Todo suena bien, seguramente mucho más instruirá el técnico a sus jugadores, pero ahí quedará, en un camerino, en cuatro paredes. La pelota la tienen los jugadores en la cancha, ellos son la única verdad en el fútbol y saben que para ganar, tienen que jugar diferente, girar 180 grados y agradar a las gradas con fútbol y goles.

Mirar atrás ya no tiene sentido, explicar lo que ya no fue es quemar tiempo. Jugadores del Cuenca, es por ustedes, por los hinchas, por la esencia de los vencedores. También por lo económico, importante necesario pero no fundamental. Dibujen una sonrisa en sus seguidores y si no se cumple el objetivo, dejen el alma en la cancha. El ‘respetable’ premiará. (O)