La llegada de una vacuna eficaz contra el COVID-19 no significará un retorno a la ‘normalidad’

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Marzo del 2020 es un mes que estará para siempre en la memoria de una generación de ecuatorianos, febrero en la de algunos europeos y enero, en asiáticos. Esos fueron los meses donde el planeta cambió completamente.

Ocho meses después del inicio de la pandemia, la vida de los ciudadanos ha incorporado nuevos implementos que hace un año eran impensable usar, a menos que la situación médica lo amerite. Es así como la mascarilla y el gel antibacterial se han adaptado a la cotidianidad.

Ante el anuncio de los primeros resultados de eficacia de las vacunas de Pfizer y BioNTech y la Sputnik V, se ha despertado la ilusión de un retorno a la ‘normalidad’. Sin embargo, esto no será posible de acuerdo a varios médicos.

El médico y docente de Medicina de la UDLA, David Larreátegui, y el epidemiólogo Mario Paredes aclaran que la vacuna no resolverá el problema que nos enfrentamos.

«Si yo tengo una población que se me muere por coronavirus, las vacunas deben estar dirigidas a esa población porque allí va a ir la prevención eficaz, es decir, allí voy a tener las respuestas», indicó Larreátegui.

Además añadió que lo único que hará la vacuna es prevenir la infección y que esta se dará a un grupo reducido de la población por lo que habrá otro sector que seguirá manteniendo la enfermedad endémica y esto mantendrá el uso de mascarilla y la distancia física así como evitar las reuniones y aglomeraciones.

«Esta población que no se ha vacunado aún va a estar en riesgo de contagiar y de contraer su virus, hasta que esta población de menor riesgo alcance un proceso vacunal se demorará mucho tiempo. No es que ya llega la vacuna se acabó la pandemia, nos tendremos que seguir cuidando meses después del control de la aparición de la vacuna», dijo.

Paredes manifiesta que la vacuna no es la respuesta y mucho menos la cura a las infecciones por COVID-19, lo que se convierte en un método de prevención.

«La vacuna está diseñada específicamente para las personas que aún no se han infectado y están previniendo que las personas se infecten y la forma de infección se agrave hasta llegar a una patología o un grado de enfermedad que lo complique… El covid llegó para quedarse, nosotros tenemos que aprender a vivir con ella», precisó.

El especialista señala que la población debe aprender a vivir con el virus y con lo que demanda como el uso de la mascarilla, lavado de manos y evitar aglomeraciones hasta donde sea posible. Además indicó que de acuerdo a la teorías que se dan sobre las epidemias se tendría una nueva antes del 2030.

«Incluso las mascarillas y el distanciamiento social también nos protege de otras patologías de carácter respiratorio y el distanciamiento social y evitar darnos las manos también nos protege de enfermedades de contacto y el uso intensivo de lavado de manos es una medida muy buena», indicó Paredes.

Para Larreátegui, el uso de mascarillas se quedará en la población y que si todo marcha bien podríamos llegar una normalidad en unos 5 a 6 años en la perspectiva inmunológica.

Fuente: El Universo